Autobuses 100% eléctricos circulando por un circuito acondicionado; vehículos sin emisiones que incorporan menos de 3.000 piezas en vez de las 20.000 que lleva uno convencional de combustión; puntos de carga eléctrica para el hogar por 1.000 euros; electrolineras de carga rápida; sillas de ruedas eléctricas; mandos a distancia y circuitos eléctricos sin cableado, integrados (impresos) en la tapicería de un coche; plataformas inteligentes de datos que permiten saber en cada momento el número de personas o vehículos que transitan por una calle, o las que utilizan un ascensor público; hasta un robot inteligente con tecnología 100% guipuzcoana que en pocos meses permitirá sacar al mercado vehículos 100% autónomos.
La movilidad del futuro está expuesta en la feria de muestras Ficoba de Irun. Tecnología de ciencia ficción y soluciones a la carta en un evento que reúne en el mismo escenario a grandes fabricantes como CAF o Irizar, actores de lujo en el incipiente mercado de la electromovilidad; centros tecnológicos que llevan años trabajando en el backstage; pymes que buscan crecer o sobrevivir; concesionarios de coches e incluso una escuela profesionales como la de Usurbil en su apuesta por la acumulación de energía y la formación del siglo XXI.
La feria Go Mobility que se celebra entre ayer y hoy en Irun es la primera exhibición industrial del sur de Europa de movilidad sostenible del futuro, donde se reúnen 70 expositores. Se esperan 1.500 visitantes profesionales del sector de la electromovilidad, desde fabricantes de motores para ascensores, hasta profesores universitarios que tienen que mantenerse al día para formar a los ingenieros del futuro. En un sector, el de la electromovilidad, que en unos años experimentará “cambios brutales”.
Go Mobility permite que empresas como la guipuzcoana Ikusi muestren su plataforma inteligente de datos Spyder, que permite, en este caso al Ayuntamiento de Donostia, conocer en tiempo real los datos de tráfico de peatones y vehículos por sus calles, así como el grado de de utilización de sus plazas de parking e incluso el número de personas que utilizan los ascensores públicos, explica Tomás Villameriel, de Ikusi. Y es que pasear por Ficoba hoy es un viaje al futuro.
Los ojos del futuro
Nos movemos y una pantalla detecta nuestra presencia y alerta de nuestro gesto. Son los ojos de cientos de coches que ya circulan por diferentes lugares del planeta, principalmente por EEUU y Japón. Tecnología Vicomtech, el centro de investigación aplicada especializado en las tecnologías de interacción avanzada. Gorka Marcos, director de transferencia tecnológica de Vicomtech, nos muestra al descubierto el cerebro de la máquina, un pequeño procesador. Llevan desde 2007 trabajando en la tecnología base de ese dispositivo. “El desarrollo de un software que es capaz de entender lo que pasa alrededor del coche”, no solo en detectar objetos, sino también “definir la escena completa” y ver “si tenemos enfrente una bici que parece que va a seguir hacia delante y al mismo tiempo detectar que un coche nos está adelantando a gran velocidad por la izquierda”, explica. Marcos cree que la conducción autónoma “va a hacernos cambiar” y que pronto veremos grandes avances en este sentido. “No cubrirá todas las casuísticas, pero sí va a hacer la vida más sencilla a muchas personas”, augura.
Vehículo 100% autónomo
Pero, ¿es posible un escenario sin conductores humanos? ¿Qué podemos esperar de la conducción autónoma? Las dudas se disipan ante la presencia de iRobot. Así se llama el robot con forma de chasis de vehículo elaborado por la empresa de Mendaro Masermic. El gerente de esta firma, Jesús Iriondo, nos muestra el producto estrella de su compañía en el área de la electromovilidad. “Esto que presentamos aquí es en realidad un robot de cuatro ruedas, no un vehículo. Hemos integrados todo lo que es inteligencia, electrónica de control, de potencia, de comunicaciones entre el conductor y el vehículo, el vehículo y el exterior. Es una plataforma de electromovilidad sobre la que llevamos trabajando cinco años. Cinco años de I+D y sobre la cual se montará un chasis que puede ser para montar personas, mercancías o para otras funciones especiales, como pueden ser los vehículos Follow me en los aeropuertos”.
“El robot-vehículo -explica Iriondo-, es capaz de andar de forma autónoma, se para delante de una persona, y continúa cuando detecta que ha pasado. Se puede manejar también con el móvil, usándolo a modo de volante. Cada rueda es totalmente eléctrica, independiente una de otra y hay un sistema de inteligencia central que gobierna las cuatro. Es un auténtico robot”, asegura.
Masermic ha invertido en esta plataforma de movilidad más de cinco millones de euros en cinco años, aprovechando su “experiencia previa de 20 años en electrónica para fabricantes de automoción como Jaguar, Aston Martin o Renault”.
Según Iriondo, aunque Gipuzkoa es pequeña en el mercado mundial de la electromovilidad, “tenemos capacidad: hay centros tecnológicos, empresas que tienen experiencia en automoción, en mecánica y electrónica, como nosotros, y si somos capaces de aglutinar marcas comunes, es posible hacer cosas. El mercado nuevo e incipiente de la electromovilidad tiene un recorrido descomunal y podemos pillar esa ola”, afirma.
“Ahora mismo, la clave, más que la tecnológica, es disponer de personas capacitadas dispuestas al cambio permanente. Nos esperan cambios descomunales en los próximos años”, apunta Iriondo, con vehículos que necesitan muchas menos piezas que los convencionales y para cuya fabricación es suficiente con una persona por cada cinco en los vehículos de combustión. Una pérdida de puestos de trabajo que habrá que suplir en el área electrónica, de las telecomunicaciones, desarrollo de software y otras aplicaciones”, alerta.
La evolución del vehículo autónomo “va a ser muy clara”, augura Iriondo. “Primeramente llegará la asistencia a la conducción, que nos ayude a conducir seguros, luego hay que ver si los vehículos autónomos entre ellos van bien. Si se generan vehículos o circuitos solo para vehículos autónomos, la cosa va a ir bien, pero el último paso sería incorporarlos a las vías convencionales e introducir el factor humano”, señala. Iriondo cree que en unos años podremos ver “un cambio bestial, como pasó en la los 2.000 con las redes sociales”.
Predecir averías
Un cambio para el que ya llevan años preparándose los centros tecnológicos. Entre ellos, IK4-Tekniker. En su stand hallamos una especie de tambor de lavadora. Es un motor real fabricado por el centro tecnológico eibarrés. Un modelo que ya mueve una furgoneta de pruebas. Itziar Cenoz, directora de Marketing y Digital Business de Ik4- Tekniker, explica el papel de los centros tecnológicos hacia esa transición. “Aunque en cuanto a funcionalidad el vehículo eléctrico es igual, hay que adaptar todos los componentes a un vehículo diferente. Hablamos de fabricación avanzada. De ahí, el acompañamiento al sector de automoción, con el que ya estamos trabajando, diseñando y desarrollando motores eléctricos eficientes a un coste aceptable”, señala.
“Las cosas no vienen de golpe. Detrás de esto hay muchos años de trabajo en IK4-Tekniker”, afirma Cenoz, que también incide en los avances en sistemas de acumulación cinética de energía, destinados a mejorar la autonomía de los vehículos.
Javier Coleto, director de Desarrollo de Negocio de Industria y Transporte de Tecnalia, también habla sobre la “evolución tecnológica que tienen que hacer las empresas de Gipuzkoa y Euskadi en la transición de vehículos convencionales a eléctricos”. Una de sus principales aportaciones es un simulador profesional que conecta un vehículo virtual con maquinaria real. “Moviendo un coche virtual, estás haciendo funcionar la maquinaria real, ya sea hardware o software. Incluso puedo introducir un fallo deliberadamente en el mundo virtual, a ver qué pasa en el real”, asegura.
Esta herramienta permite “optimizar o incluso sacar datos del sistema, mediante una serie de sensores que aportan datos y son enviados a la nube, donde con algoritmia y analítica de datos podemos ver si ese vehículos se está comportando bien o mal y si ese vehículo va a dar algún problema. Lo que se llama mantenimiento predictivo”.
Sin embargo, según Coleto, “la transición hacia el vehículo full electric será larga” y “no van a dejar de existir de la noche a la mañana, ni los diésel ni los gasolina. Todo esto lleva su tiempo”.
Los cambios abarcarán todo. ¿Se imaginan un mando a distancia o un panel de control integrado (impreso) en la tapicería del coche. O un circuito electrónico impreso en un tejido que sustituya al cableado del vehículo. Fabricación inteligente y Soluciones reales que permiten avanzar en otros aspectos de estos vehículos del futuro, tal y como explicaba ayer Rakel Herrero, de Naitec, el centro tecnológico de automoción y mecatrónico de Navarra.
Un futuro en común
Para hacer frente a ese futuro, los más pequeños también se preparan. Un ejemplo es la alianza entre el fabricante asturiano Efibat y el distribuidor guipuzcoano de suministros eléctricos Gabyl, que hace de puente y pone al fabricante en contacto directo con el cliente, en este caso con un comprador particular de vehículos eléctricos, algo que nos requiere “formarnos continuamente”, asegura Jon López, de Gabyl. Por su parte, Efibat instala por precios entre los 1.000 y los 1.200 euros cargadores de pared en garajes comunitarios en los que incorporan un contador exclusivo que controla el consumo realizado en las recargas nocturnas. Un ejercicio de supervivencia que será necesario para pymes y micropymes.