A raíz de la entrevista al presidente del comité de empresa de VW Navarra, Alfredo Morales, sobre el tercer modelo asignado a Landaben, publicada en este periódico el domingo 21 de julio, en la que se nos nombra de forma expresa, desde CGT queremos, con todos los respetos hacia las declaraciones del presidente, dar nuestra opinión al respecto por no compartir su particular análisis.

Para CGT, la adjudicación de un segundo o un tercer modelo, así como la asignación de cuantas producciones vengan, son medidas bienvenidas, que compartimos y a las que no nos vamos a oponer. Otra cosa son los “esfuerzos” y las medidas que se deban adoptar por parte de la plantilla, así como las condiciones de trabajo en que se desarrollen esas medidas, para la adjudicación de estos nuevos modelos o producciones.

Para CGT, la garantía de futuro de la fábrica no pasa por acuerdos puntuales ni por declaraciones de intenciones. Con el acuerdo para el segundo modelo se nos dijo que teníamos garantizado el futuro para 15 años y ha resultado que solo eran tres. Además, aun fabricando dos modelos, con el CUV, o con 17 modelos más, difícilmente vamos a conseguir superar las producciones históricas que se lograron en 2011 solo con el Polo, y como todo el mundo sabe, se consiguieron a base de flexibilidad, que no de inversiones y mucho menos si estas inversiones se llevan a cabo con muy poca cabeza, ya que seguimos con una capacidad productiva diaria, en estos momentos, más limitada si cabe que cuando solo fabricábamos el Polo, pues no se ha dotado de una bivalencia al taller de chapistería (un taller nuevo) para poder atender las variaciones del mercado, que como venimos defendiendo desde hace muchos años, son en definitiva las que van a determinar el futuro de esta fábrica. Si no hay demanda de los modelos asignados.

Nos encontramos con que ahora el problema es la bajada de ventas del modelo, algo que no tenemos muy claro. El Polo no se fabrica en exclusiva en Landaben como antaño. También se fabrica en India, Brasil y Sudáfrica. Tampoco el T-Cross se fabrica en exclusiva en nuestra fábrica. Por tanto las producciones de estos modelos que no seamos capaces de realizar, se repartirán entre las otras plantas, como por ejemplo Sudáfrica, como dijo un responsable del taller de prensas cuando dijo que necesitaba flexibilidad en ese taller para abastecer el incremento de pedidos para el centro sudafricano.

Con respecto a la creación del empleo fijo a la que hace referencia en la entrevista, la empresa solo está generando empleo fijo por el contrato relevo. Esto está bien pero lo hace porque así sustituye a personal con edad avanzada y sueldos consolidados con los años de antigüedad, que difícilmente pueden seguir los ritmos de fabricación pactados en las cadenas de producción, que más bien parecen pistas de atletismo, por personas más jóvenes elegidas a dedo en base “al pedigrí familiar y sindical” y no por la antigüedad. Con salarios infinitamente más bajos (cobran alrededor de 1.027 euros al mes), por lo que el rejuvenecimiento le sale gratis cuando anteriormente le costaba unos 12 millones al año, dependiendo del número de gente que salía. CGT, desde que anunciaron la posibilidad de fabricar el CUV en Pamplona, dijimos que no nos creíamos que VW no tuviese decidido, a falta de unos meses, dónde fabricar el CUV, que una multinacional como VW no improvisa y que además sabíamos que se estaban realizando inversiones en el taller de chapistería para la llegada del nuevo modelo.

El acuerdo firmado por UGT, CCOO y ELA ha supuesto someter a la plantilla a un injusto e innecesario chantaje, pues según palabras del propio Andreas Tostmann, esta planta ya estaba muy bien posicionada porque “destaca por su gran experiencia en la fabricación de coches pequeños y su muy buena productividad. En el lanzamiento del T-Cross, la plantilla ha demostrado ser capaz de materializar un proyecto de vehículo nuevo con agilidad y eficiencia en costes”. El acuerdo es muy ambiguo, donde lo único que se cuantifica son los 30 coches que se suben al día y la fecha para hacerlo, (es curioso que aunque el CUV se vaya a empezar a fabricar en el segundo semestre de 2021 la subida de las producciones se empiecen ya, sin inversiones ni generación de empleo), no dice nada de las cargas de trabajo que se crearán, ni dice cuánto empleo supondrá. Tampoco especifica qué medidas de flexibilidad se adoptarán, solo dice las que sean necesarias. Todos y todas sabemos que la flexibilidad supone menos generación de empleo o destrucción de empleo. Tampoco dice nada de si se van a realizar inversiones ni en qué medida. Nos atrevemos a decir que serán pocas, ya que el mayor esfuerzo recae en la plantilla mediante la desmedida flexibilidad.

Para CGT, este acuerdo ha sido una estafa para la plantilla, orquestado por una dirección déspota, que en vez de defendernos y poner en valor el trabajo y nuestra profesionalidad, sacándonos la cara ante los alemanes, consiguiendo mejoras sociales en forma de reducción de jornada o en condiciones de trabajo, demostrando el respeto que merecemos, a cambio de asumir el difícil reto del lanzamiento del nuevo modelo, solo ha hecho méritos a costa de nuestras condiciones de trabajo, bienestar y salud, aprovechando esta situación para volver a apretarnos las tuercas. Miembros del comité de empresa por CGT en Volkswagen Navarra