Pamplona - El mercado que no afloja es el de la rehabilitación. Año tras año crecen los expedientes tramitados por el Gobierno de Navarra, así como las ayudas concedidas y la inversión total movilizada. Según los datos que maneja que el Departamento de Vivienda, entre enero y agosto de este año se han tramitado 929 expedientes de rehabilitación que afectan a 4.779 viviendas, 927 más que en el mismo periodo del año pasado.

Estas actuaciones tienen un presupuesto de 53,2 millones de euros, unos 10,8 millones de euros más que el año pasado, a los que se ha concedido una subvención de 17,75 millones de euros, unas cifras que contrastan con las que había hace apenas un lustro. En 2014, las subvenciones apenas alcanzaban los 6,3 millones de euros, con 1.094 viviendas rehabilitadas, apenas una cuarta parte de las actuaciones actuales.

“La previsión es que durante los próximos años se mantenga una inversión cercana a los 100 millones de euros al año”, explica Javier Etayo, director del Servicio de Vivienda del Gobierno de Navarra, que ayer recordaba en una nota que “fue a partir de 2015 cuando el Gobierno intensificó la apuesta por las políticas de rehabilitación en la ciudad construida”. El ejecutivo lidera, con la participación de otros cinco socios europeos, un proyecto destinado a favorecer estrategias de regeneración urbana en entornos de proximidad, de la mano del vecindario y entidades locales. Durante los dos últimos días se están celebrando unas jornadas de presentación del proyecto LC Districs en Pamplona y en Tudela. En el marco de estas jornadas, el nuevo director general de Vivienda del Gobierno foral, Eneko Larrarte, se trasladó ayer al barrio tudelano de Lourdes junto con los representantes Chequia, Croacia, Praga, Suecia y de la región italiana de Marche, integrantes del proyecto.

Asimismo, la delegación visitó barrio pamplonés de la Txantrea para conocer la intervención de rehabilitación energética y renovación de redes de calor acometida por Nasuvinsa durante estos dos años en las agrupaciones de vivienda social de Orvina y recientemente incluida en el manual de buenas prácticas del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) del Ministerio para la Transición Ecológica.

“La rehabilitación energética de edificios es, ahora mismo, la palanca clave para poner en marcha estrategias de regeneración urbana destinadas a recuperar, dinamizar o revitalizar barrios populares y espacios públicos desde el punto de visto urbanístico, pero también social y vecinal”, señaló Eneko Larrarte durante su visita a Lourdes, un barrio degradado de Tudela donde el Departamento de Ordenación del Territorio y Vivienda del Ejecutivo navarro prevé relanzar, a la través de la sociedad pública Nasuvinsa, la segunda fase de un ambicioso proyecto de rehabilitación energética integral e intervención social.