ntre los pasados días 22 y 27 de abril el Gobierno de Navarra se ha endeudado en 225 millones de euros.

En el actual contexto de la crisis del covid-19 y con el objeto de paliar su coste, todos los partidos del arco parlamentario navarro, sobre todo los que forman parte del Gobierno de Navarra, han apoyado este endeudamiento, aprovechando, según ellos, la buena nota que otorgan a Navarra agencias de clasificación crediticias como Standar & Poor.

Sin embargo, analizando el tratamiento de la deuda pública realizado por los denominados gobiernos de progreso en Navarra, el anterior y este, vemos que el objeto de este endeudamiento puede ser otro.

Si algo está dejando claro esta pandemia, es el problema que está suponiendo la degradación de los servicios de salud y asistencia social, como consecuencia de los recortes derivados de la crisis financiera del año 2008 en Navarra.

Como consecuencia de esa crisis, los gobiernos de UPN en el periodo 2008- 2015, quintuplicaron la deuda pública en Navarra, pasando de 660 millones a 3.300 millones de euros.

Una de estas emisiones de deuda se produjo el 17 de febrero del año 2010. Exactamente se emitieron 219 millones de euros. Y fue adquirida por el BBVA con 159 millones de euros y la CAN (ahora CaixaBank) con 60 millones de euros. El interés que ha pagado el Gobierno de Navarra ha sido del 4,3% y el vencimiento ha tenido lugar el pasado día 17 de febrero del 2020.

Conviene recordar que en el año 2010 se aprobó la ley 12/2010 de medidas de reducción del déficit público y mientras el Gobierno de UPN rebajaba un 5% el sueldo en la función pública y empezaba a aplicar medidas de recortes, no cejaba en su política megalómana construyendo infraestructuras y desarrollando proyectos innecesarios.

La empresa pública SPRIN, encargada de la construcción del Circuito de Los Arcos, la ciudad agroalimentaria de Tudela, el psis de Aroztegia o Refena, arrastraba unas pérdidas superiores a los 100 millones de euros.

Se consolidaron los peajes en la sombra para las Autovías del Pirineo y del Camino así como para el Canal de Navarra.

Se instauró el Plan Moderna y el PSIS de Guenduláin y se financió con tres millones de euros a la universidad del Opus para su campus excelencia.

Ese año se gastaron 13,6 millones de euros en el pabellón Reino Arena y 5 millones en el proyecto y dirección de obras del TAV.

Fue el año que la Caja Navarra se convirtió en Banca Cívica. Iniciando el camino a la pérdida del mil millones de euros de su patrimonio.

El Gobierno del cambio liderado por Geroa Bai en la pasada legislatura, criticó y nos recordó continuamente todos estos asuntos. Sin embargo, la gestión que hizo en cuanto al cumplimiento en el pago de la deuda, ocasionada en su mayor parte por los temas mencionados anteriormente, no se apartó lo más mínimo de los cánones neoliberales marcados por las entidades financieras que hicieron endeudarse a los Gobiernos de UPN. Hay que decir que el actual Gobierno de Navarra, tampoco.

Está claro que la emisión de deuda por 225 millones realizada la semana pasada se va a utilizar para abonar los 219 millones de deuda que emitió UPN hace ahora diez años.

Y mientras tanto, en el camino se quedan los 37,2 millones de intereses, que todos los Gobiernos de Navarra han pagado de más al BBVA y a CaixaBank, durante estos diez últimos años, como consecuencia de abonar esos 219 millones a un interés del 4,300% cuando el tipo de interés medio activo, en la fecha que se emitió esa deuda era el 2,600%. Es decir una diferencia de 1,700% de tipo de interés durante diez años.

La pregunta es: después de semejantes beneficios, ¿estas entidades financieras apoyan al Gobierno de Navarra, más allá de regalarle quince respiradores al Complejo Hospitalario de Navarra, como ha hecho el BBVA, o donar un millón de euros a los bancos de alimentos, como ha hecho CaixaBank?

Pues a tenor de la última emisión de deuda realizada por el Gobierno de Navarra y que ha sido adjudicada al banco inglés HSBC con un interés del 1,45%( al parecer demasiado bajo para esos dos bancos) parece que no.

Los problemas que nos va a acarrear la deuda pública en un futuro no se solucionan endeudándose cada vez que hay que hacer frente a un vencimiento de dicha deuda.

Ante la disminución más que segura de los ingresos, la creación de una Banca Pública en Navarra, con facultad de acudir al Banco Central Europeo para financiarse al 0% de interés, resulta indispensable. Esto junto al empleo de la autonomía fiscal de la Hacienda de Navarra, en el desarrollo de una política fiscal justa, progresiva y solidaria que exija la inversión total del superávit en gasto social. Así como la derogación del artículo de convenio económico que le exige a Navarra hacerse cargo, en la parte que le corresponde, de toda la deuda pública del Estado. Lo que en este momento le supone a la Hacienda Foral más de 300 millones de euros anuales.

Es todo cuestión de ideología, voluntad y valentía política. A ver si conseguimos revertir la situación, ya que hasta el momento, en cuestiones financieras y fiscales, más allá de las etiquetas de progresistas o conservadores, la marca neoliberal del Gobierno de Navarra no cambia nunca.

Miembro del Parlamento Social y consejero de la Corporación Pública Empresa Arial de Navarra (CPEN)