Un proyecto liderado por la cooperativa Latxa Esnea ha permitido diseñar una nueva urdimbre textil a partir de lana de oveja latxa, fibras recicladas y otros componentes naturales que resulta apta para el diseño de prendas.

Según informa Latxa Esnea en una nota de prensa, la iniciativa en la que también han participado el instituto Neiker y la asociación para el desarrollo rural de Urola Kosta, Urkome (en representación de todas las ADRS), permitirá “recuperar el valor de la lana de oveja latxa” que actualmente es considerada un residuo.

De esta manera, la lana podrá contar con “otra oportunidad en el sector textil y promover tejidos sostenibles, con diseños atemporales y duraderos, repleto de valores”, ya que está previsto que para finales del próximo verano se obtengan los primeros prototipos generados con este material.

El Grupo Operativo formado por Latxa Esnea, Neiker, Urkome y María Cle, inició el año pasado el proyecto de cooperación Alternativas de valorización textil de la lana latxa para su comercialización en diferentes mercados, y ahora espera poder mostrar dentro de pocos meses los primeros prototipos generados tras su trabajo.

Para ello, el Grupo Operativo ha logrado dar con un tejido de urdimbre a partir de la lana de latxa en diferentes proporciones y combinada con material reciclado y otras fibras naturales, que le aportan la estructura y el tacto adecuado y necesario para poder ser utilizado a nivel industrial en cualquier diseño de moda.

No en valde, este equipo multidisciplinar cuenta con la diseñadora y artista madrileña Maria Clé, quien en 2017 recibió de manos de Ecoembes el premio al certamen El Laboratorio, premiándola así por su compromiso con el medio ambiente.

Con este proyecto, en el que también trabajan Luis Zaballa, como pastor y socio de Latxa Esnea, y Virginia Ortiz de Barrón, técnica de la cooperativa; se pretende recuperar el valor de la lana de oveja latxa y darle otra oportunidad en el sector textil, ya que como explicó la técnica de la cooperativa en una entrevista a Efeagro la lana es un residuo difícil de gestionar y no tiene salida en los mercados. “Requiere de una gestión especial: o para compostaje o para la planta de incineración para generación energética”, explicó Virginia Ortiz de Barrón.

El trabajo desarrollado en el Proyecto se acoge a las ayudas a la creación y funcionamiento de Grupos Operativos de la Asociación Europea de Innovación en materia de productividad y sostenibilidad agrícolas, estando financiado en un 80% por el Fondo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER) y el Gobierno Vasco, a través de las ayudas a la cooperación, previstas en el artículo 35 del Reglamento (UE) 1305/2013, de Parlamento Europeo y del Consejo.