La situación económica actual, con un gran número de empresas y negocios con crecientes problemas para afrontar el pago de gastos fijos como los derivados de la energía, hace que surjan voces que defienden medidas excepcionales como una supresión transitoria de los impuestos para permitir una reactivación productiva. Es la tesis por la que aboga Roberto Cavero, ingeniero valenciano con experiencia en la asesoría a empresas en materia energética. “Es necesario retirar todos los impuestos a la luz, el gas natural y los carburantes durante al menos seis meses porque eso beneficiaría a la economía”, indica, porque de esa manera, aunque el Estado no obtenga ninguna recaudación, las arcas públicas podrían ver aliviada su factura en las prestaciones por desempleo al producirse un descenso de la tasa de paro.

“Mires por donde mires la factura de la electricidad, hay subidas. Hay muchos negocios que están partidos por la mitad debido a estos aumentos”, resume de manera gráfica Cavero. “El sector primario está trabajando en pérdidas y los transportistas afrontan incrementos de los carburantes cada semana. Cada vez más empresas se ven obligadas a cerrar o despedir a empleados”, subraya.

Para Cavero, “en España pagamos muchísimos impuestos por la energía”, y denuncia que algunos aparecen “maquillados” dentro de la factura en conceptos, indica, como los fondos de eficiencia energética, las primas a renovables o los costes de transporte y distribución. Además, destaca, la rebaja de la tasa del VA del 21% al 10% está destinada a los hogares, ya que consumidores con potencia contratada de 10 kilovatios, como muchas pymes, no han estado incluidos hasta ahora en el colectivo de beneficiarios de estas medidas fiscales.

Los tributos de la electricidad suponen una importante vía de ingresos para el Estado. Se calcula que en los dos años previos al estallido de la pandemia, 2018 y 2019, Hacienda ingresó alrededor de 10.000 millones de euros por impuestos.