Trini Lacunza Arrizibita, de 61 años, trabajó durante más de cuatro décadas en el concesionario de Cirmauto como administrativa. En 2021 secundó la huelga indefinida junto a la mayoría de sus compañeros y compañeras –22 de 28– porque consideraba injustificado el ERE, y hace exactamente once meses creía que con su edad no iba a poder emplearse en otra empresa. El próximo mes cumple 62. Sin embargo, prácticamente un año después trabaja en otro concesionario de Citroën en Burlada, y puede decir que la vulneración del derecho a la huelga que denunciaron se sustenta en una sentencia. “Igual no éramos tan malas personas como la empresa quiso hacer creer”, insiste emocionada y con ironía.

¿Cuándo se enteró del fallo de la sentencia?

–El martes por la mañana. Estaba en la oficina y se acercó mi compañero Antonio, que trabajó conmigo en Cirmauto y fue contratado por otro concesionario como yo. En su mano llevaba el móvil y me enseñó que había recibido un mensaje del sindicato en el WhatsApp en relación a la sentencia. Le pregunté sobre el contenido, pero me dijo que no lo había abierto todavía porque no se atrevía. Los dos nos pusimos nerviosos y decidimos escuchar el audio a la vez. A medida que oíamos la grabación de Carlos Sarasa, nos íbamos emocionando, hasta que terminamos con lágrimas de alegría y abrazados porque el Tribunal Superior de Justicia de Navarra había anulado el ERE.

"Igual no éramos tan malas personas como la empresa quiso hacer creer”

¿Qué supone esta sentencia?

Reconoce la lucha de la plantilla y nuestros años de trabajo porque vamos a recibir la indemnización que merecemos. Además puede tener repercusión en expedientes que planteen otras empresas en el futuro.

Un año después, ¿cómo recuerda esos días?

–Momentos difíciles y angustiosos. No solo mantuvimos una huelga indefinida a las puertas del concesionario, sino que también resultaba duro regresar a casa, porque continuabas dándole vueltas a la cabeza sobre el futuro laboral. En mi caso, con 61 años y toda una vida laboral en la misma empresa, había echado la toalla.

Pero ocurrió todo lo contrario...

–Sí, el 17 de enero de este año me incorporé al concesionario de Citroën en Burlada. Tuve que amoldarme a nuevos compañeros y compañeras, a otro puesto y a otro sistema de trabajo. Fue un reto, pero ahora puedo decir que ya me he adaptado.

¿De quién se acuerda la plantilla en estos momentos?

Agradecemos el apoyo de ELA, personalizado en Carlos Sarasa, Sonia Ontoria y Amaia Iturrieta.

¿Han podido encontrar empleo sus compañeros y compañeras?

–La mayoría está trabajando, pero en sectores diferentes al de Cirmauto; y otros se encuentran en el desempleo, pero al mismo tiempo se están formando.

Te puede interesar:

¿Han pensado en celebrar este dictamen?

–Algo estamos preparando –dice entre risas–.