El incremento de los precios tiene una derivada: las plantillas de numerosas empresas se resisten a perder poder adquisitivo. Y ello se traduce en protestas por las condiciones laborales y la renovación de los convenios, en muchos casos atascados.
La plantilla de Gureak, firma situada en Noáin, es una de ellas. En la jornada del miércoles ha pasado durante dos horas con el objetivo de presionar a la dirección de la empresa para que los sueldos suban conforme al IPC. "Queremos un convenio que lo garantice", explicaban desde ELA, sindicato que, junto a UGT y LAB, convocaba el paro.
La representación de los tres sindicatos en Gureak trasladó al inicio de la negociación, tanto a la plantilla como a la misma dirección, que no firmará "ningún acuerdo que no contemple como mínimo la subida del 6,6%". "Hasta que se garantice esta línea roja seguirán las movilizaciones", explicaron en mayo, cuando comenzaron las protestas.
La de Gureak no ha sido la única protesta del día. Llamados por LAB, trabajadores de centros especiales de empleo reclamaban a las empresas y a la administración que ponga las condiciones necesarias para que puedan salir de la precariedad. Este sector, que emplea a personas con "diversidad funcional", se caracteriza por los bajos salarios en muchos casos.