Con la llegada del verano y la subida de las temperaturas, el aire acondicionado se convierte en un aliado indispensable para muchos hogares y puestos de trabajo. Sin embargo con el alivio térmico que proporcionan estos aparatos, llegan algunas preocupaciones y mitos: el aumento del gasto energético, el temor a un uso excesivo o inadecuado y las dudas surgidas respecto a su impacto en la factura de la electricidad e incluso su impacto en la salud.
En torno al uso del aire acondicionado hay múltiples mitos y creencias erróneas que generan gran confusión entre los usuarios. Desde la supuesta relación de las bajas temperaturas con resfriados, hasta la idea de que mantener el equipo encendido toda la noche es perjudicial o demasiado costoso. A estos prejuicios se le suman algunas realidades poco conocidas que también es importante tenerlas en cuenta para hacer un uso responsable, eficiente y seguro de estos aparatos.
Los principales mitos y verdades respecto al uso del aire acondicionado son:
Falso
“Si bajas la temperatura al mínimo, la estancia se enfriará más rápido”
Bajar la temperatura al mínimo, lo único que conseguirá es aumentar el gasto energético y por ende tu factura.
“El consumo es el mismo con independencia de la temperatura a la que se ponga”
Todo depende de factores externos al aparato, como la temperatura del exterior y del interior.
“El aire acondicionado no elimina olores, ni los genera”
El aire acondicionado no elimina olores si no que los amplifica, para eliminar olores se puede optar por comprar un aparato que, además de enfriar, purifican el aire.
“El aire acondicionado resfría”
El chorro de aire frío del aparato no hace que enfermemos, sino las bacterias. Manteniendo el dispositivo limpio y desinfectado, se puede evitar la proliferación de bacterias, hongos y ácaros.
“Dormir con el aire acondicionado es malo para la salud”
Por la noche la temperatura corporal desciende, por lo que debemos subir unos grados la temperatura del dispositivo si vamos a dormir con él en funcionamiento.
Verdadero
“Apagar y encender el aire acondicionado produce un mayor consumo de energía y aumenta la factura”
Se produce un mayor consumo si, cada vez que hay una temperatura elevada encendemos el aire, a si mantenemos una temperatura estable en el aparato.
“Un aire acondicionado más grande enfría más rápido”
Puede parecer una obviedad, pero para nada, ya que si el aparato es demasiado potente o de grandes dimensiones lo único que conseguirá, respecto a uno más pequeño es aumentar la factura de la luz.
“El aire acondicionado requiere mantenimiento”
Como todo aparato, requiere de un mantenimiento básico cómo una limpieza superficial cada pocos días y varias limpiezas profundas cada año, haciendo especial hincapié en los filtros del aire.
“El aire acondicionado enfría el aire y los ventiladores aseguran un flujo de aire constante"
Combinando ambos equipos, podremos lograr mantener las diferentes estancias del hogar bien aclimatadas, ya que con el ventilador te asegurarás de que el aire frío esté en movimiento por toda la habitación.
“La temperatura ideal está entre los 22 y los 24 grados celsius”.
Pese a que esta temperatura media a la que se debe poner el aire acondicionado, nunca se debe exceder los 12 grados de diferencia entre la temperatura exterior y la interior. Por ello a más temperatura en la calle, mayor será la temperatura a la que programar el aire acondicionado.
En definitiva, cada persona percibe la temperatura de forma distinta. Lo que puede ser agradable para muchos, para otros no tanto, llegando a resultar incluso incómodo. Por ello, no existe una temperatura ideal. Cada espacio se debe adaptar a las necesidades de cada persona y espacio.