Los precios del alquiler de vivienda tienden a estabilizarse. Pero no porque se haya solucionado la falta de oferta, sino porque el mercado y los salarios “ya no dan más de sí”. Lo dicen desde las inmobiliarias, que constatan además que uno de los efectos indeseados de la Ley de Vivienda se deja sentir también en Navarra. Una parte del alquiler estable se está desviando hacia el estacional, concentrado en los meses de verano y en momentos muy concretos del año. 

Los datos que maneja Idealista, relativos a la capital navarra, apuntan en esa misma dirección. “La oferta de alquiler permanente en Pamplona es un 12% más baja que hace un año, y cayó un 2% en el tercer trimestre”, explican desde el portal inmobiliario, que cifra en un 4% del total la oferta de alquiler temporal, que se incrementa un 55% en el último año. 

El fenómeno es mucho más acusado en otras ciudades de España, tal y como explica Francisco Irañeta, portavoz de Idealista, quien considera que la nueva regulación desincentiva el alquiler permanente y retira oferta del mercado, contribuyendo al alza de precios. “La explosión de los alquileres de temporada está directamente relacionada con la entrada en vigor de la Ley de Vivienda. Con el inicio de las medidas punitivas y coercitivas contra los propietarios, muchos de ellos decidieron sacar sus propiedades del mercado. Una vez aprobada la Ley, lejos de retornar al mercado de alquileres permanentes, un número cada vez mayor opta por pasarse a los arrendamientos de temporada que, si bien tienen claras limitaciones, ofrecen al propietario un entorno menos rígido y perfectamente legal”, señala Irañeta.

"Los precios del alquiler no pueden subir ya más"

A su juicio, la nueva legislación resulta “perniciosa”, al no haber contado con “el mínimo consenso de los actores implicados”. y por no tener “en cuenta que los propietarios, lejos de ser el problema son una parte muy relevante de la solución”. “Como ya se vaticinó, el efecto final de la aprobación de la Ley de Vivienda es perverso y justo contrario al deseado: menos producto en el mercado, precios más altos y mucha más presión y dificultad en el acceso a la vivienda”.

Desde A10 Inmobiliaria, Rebeca Pascual tiene una impresión similar. “La oferta de vivienda ya era escasa desde hace tiempo, pero en los últimos meses muchos alquileres están pasando a ofrecerse forma estacional, de junio a septiembre, en julio y agosto el rendimiento puede ser además muy alto”, señala. A su juicio los propietarios buscan evitar de esta manera que les afecte una posible declaración de zona tensionada que limite los precios y percibe además un cierto miedo a quedar desprotegidos cuando, a los cinco años, finalice el contrato de alquiler.

“En los precios vemos estabilización, ya no pueden subir mucho más, están en máximos y comienzan a resultar inviables para algunos inquilinos”, explica Pascual, quien admite que cada vez cuesta más sacar adelante alquileres por encima de los 1.200 euros como los que se piden en algunas zonas. 

En la capital, los precios reflejan la presión de la demanda y muestran un crecimiento en línea con la inflación en los últimos doce meses. El precio se sitúa en 10,4 euros por metro cuadrado, casi dos euros más que hace solo cinco años. Esto supone un crecimiento cercano al 20% en un lustro, el más acusado de la serie histórica. Han subido un 3,9% en el último año.