El departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente solicitó el 12 de enero al Ministerio de Agricultura la medida excepcional de cosecha en verde, una manera de reducir la recolección de kilos de uva en la vendimia e intentar contribuir a solucionar el problema de excedente que arrastra el sector desde 2020.

Se llama cosecha en verde la decisión de eliminar una cantidad de uva antes de su maduración a cambio de una subvención que recibe el agricultor.

Para optar a esta ayuda, el productor debe dejar de cosechar una parcela en su totalidad.

El Ministerio había establecido el 15 de enero como fecha límite a las comunidades autónomas para que informaran de si querían aplicar este año esta solución temporal. El martes 23 Desarrollo Rural y el Ministerio se reunirán para analizar las justificaciones que llevan a pedir esta medida, y la financiación –nutrida con fondos europeos– que se incluye en el Plan de Apoyo del Sector Vitivinícola Español.

La cifras

La Comunidad Foral activó el año pasado esta medida, a la que se acogieron unas 300 hectáreas de viñedo, cifra que representa apenas el 1,8% del total de superficie registrada entre la Denominación de Origen Navarra, La Rioja y otro tipo de vinos. De esta forma, dejar de vendimiar estas parcelas supuso una subvención de unos 700.000 euros –una media de 2.300 euros por hectárea–, según indican fuentes del departamento.

Medidas estructurales

Jorge González, viticultor de Mendavia y representante de UAGN en la Organización Interprofesional del Vino de Rioja –ocho localidades en Navarra se acogen a esta denominación–, remarca que “medidas coyunturales como la cosecha en verde deben combinarse con estructurales para buscar la viabilidad y rentabilidad del sector, la excelencia en los vinos y recuperar la estabilidad entre la producción y la demanda”.

“Queremos disminuir el número de kilos de uva por hectárea y que sea de más calidad”

Jorge González - UAGN

Alberto Benito, vocal de viticultora de EHNE, señala que su sindicato es partidario de “una distribución líneal de la ayuda de cosecha en verde”. Esto significa hacer un reparto escalonado de la subvención para abonar con más dinero las primeras hectáreas pedidas por cada agricultor. Para ello, Benito expone un ejemplo ficticio: “Si se establece que por las primeras cinco hectáreas se abona más subvención, y un viticultor va a dejar de recolectar doce hectáreas, por las cinco primeras recibiría más dinero que por las siete últimas. Con ello se puede atraer con más facilidad a los pequeños agricultores”.

El escenario actual

Jorge González recuerda la crisis de excedente de vino desde 2020 que afecta a la rentabilidad del sector, y la reducción del consumo de tinto a nivel mundial y el crecimiento de la demanda de blanco a consecuencia del cambio climático –con veranos más largos–. Benito añade que si antes la mayor cantidad de uva que usaban las bodegas procedía de agricultores independientes a ellas, ahora esa balanza se ha invertido y las bodegas se nutren principalmente con sus propias viñas, recurriendo menos a estos viticultores.

“Las bodegas compraban antes uva a agricultores, y ahora casi se arreglan con sus propias parcelas”

Alberto Benito - EHNE

González resalta que el sector debe afrontar medidas estructurales, pero descarta “el arranque de viñas” para equilibrar la oferta y la demanda. “Debemos usar la tecnología para que con las mismas hectáreas se recolecten menos kilos pero de más calidad, y mejorar el precio”, concluye González.