El sindicato LAB ha reunido hoy en una asamblea a más de 300 delegados y delegadas en la Casa de Cultura de Burlada (Navarra) en el marco de la campaña Langileen alde (por los trabajadores y las trabajadoras) que busca establecer un salario mínimo de 1.600 euros y una semana laboral de 30 horas y reforzar los servicios públicos.
Al finalizar la asamblea, han marchado hasta la sede de la Agencia Integral de Empleo y Formación de Navarra, Iturrondo, donde el coordinador general de LAB, Igor Arroyo, ha pedido que se regule el salario mínimo y la jornada laboral en Navarra y ha criticado que diez años después del cambio institucional no haya una apuesta estratégica por reforzar los servicios públicos.
El coordinador de LAB Igor Arroyo ha reclamado un salario mínimo propio para Navarra, de 1.600 euros brutos mensuales, puesto que el coste de la vida es mayor aquí que en el Estado español. “Es perfectamente posible establecer un salario mínimo mediante un acuerdo interprofesional”, ha declarado. “El problema es que la CEN no tiene ningún interés en ello. Y el Gobierno de Navarra, en vez de presionar a la CEN para que se siente a negociarlo, anuncia un plan de empleo que obvia esta cuestión fundamental para la clase trabajadora”.
"Un plan de empleo sin contenido"
En opinión de Arroyo, el nuevo plan de empleo de Navarra que presentarán dentro de poco es un “acuerdo sin contenido”, “sin medidas que obliguen a las partes”, y que hace “flaco favor a la clase trabajadora”. “Hay que obligar a la patronal navarra, mediante la lucha sindical y la presión institucional, a subir el salario mínimo, eliminar la brecha salarial, reducir la jornada y ampliar los permisos”.
En ese sentido, Arroyo ha reprochado a la presidenta María Chivite haber faltado a su palabra: “En el año 2020, tras la Huelga General convocada por LAB y otros sindicatos, se comprometió a estudiar la posibilidad de establecer un salario mínimo propio para Navarra. No se ha sabido más de ese compromiso. La palabra de Chivite ha quedado en agua de borrajas.
Y ahora, mientras en la Comunidad Autónoma Vasca se está debatiendo sobre esta cuestión, el Gobierno de Navarra mira hacia otro lado, cuando el problema es exactamente el mismo: con el salario mínimo estatal no se llega a fin de mes en Hego Euskal Herria”.
Igualmente, Arroyo ha reclamado la reducción de la jornada laboral y la ampliación de las licencias y permisos para poder conciliar el empleo y los cuidados: “Hay que acabar con la brecha que existe en el empleo y con la brecha que existe en los cuidados. Las mujeres trabajadoras tienen derecho a tener las mismas condiciones laborales que los hombres. Y los hombres trabajadores tenemos la obligación de asumir las mismas responsabilidades respecto a los cuidados”.
Más impuestos al capital para pagar servicios públicos
Por último, Arroyo se ha referido a la situación de los servicios públicos: “Desde que se produjo en Navarra el cambio institucional del 2015 ha habido algunas mejoras parciales gracias principalmente a la acción sindical: eliminación del mileurismo en la administración, carrera profesional en Osasunbidea para todos y todas las sanitarias, establecimiento de las cláusulas sociales en las subcontratas, creación del convenio navarro de Intervención Social, publificación de determinados servicios...
Pero en vista de que, una década más tarde, todos los sindicatos de enseñanza van a la huelga pidiendo una mejora en los ratios, que las listas de espera de Osasunbidea son más largas que nunca o que se vulnera el derecho a acceder a una vivienda, urge una reflexión y apuesta estratégica para el desarrollo de los servicios públicos. Salud, cuidados, educación y vivienda son cuatro pilares fundamentales que hay que reforzar. Y para financiar esos cuatro pilares hay que terminar con los privilegios fiscales de las rentas del capital