En 2002, el ingeniero agrícola Iñaki Mendioroz, junto a otros compañeros, creó la empresa Agronavar Servicios de Ingeniería –enfocada en la topografía–, de la que posteriormente se desvinculó. “Si en ese momento hubiera conocido el modelo de economía social, habría constituido una microcooperativa”, ejemplifica el actual director general de Economía Social y Trabajo del Gobierno de Navarra desde hace casi un año. 

Antes de ocupar este cargo, trabajó durante dos décadas en UAGN, que le permitió mantener contacto directo con las cooperativas agroalimentarias, en Fundagro –fundación de esta organización para favorecer el desarrollo rural– y también colaboró con ANEL, entre otras entidades. Su carrera profesional ha progresado dentro de la economía social, y desde su perspectiva observa que existe un déficit que hay que corregir. “Debemos comunicar a la sociedad qué hace este modelo de economía –cuya razón de ser se basa en el bienestar de las personas– para que sus valores lleguen a la ciudadanía y así escojan la economía social para emprender”, destaca Mendioroz, de 49 años.

En la misma línea se mueve Eduardo Elizalde, director de Zona de Laboral Kutxa, con una trayectoria de 26 años en esta cooperativa de crédito. “Cuanto más se conoce el modelo, más se quiere”, reitera. Durante su diálogo con el director general de Economía Social –ambos se conocen desde hace bastante tiempo como confesaron en el Foro Hiria–, Elizalde relata que desde pequeño alimentó los valores de la economía social sin saberlo, desde que su abuelo repartía el vino en la cooperativa de Miranda de Arga. “Pueblo en el que sigo viviendo”, reconoce este profesional de 52 años. Pero el cooperativismo también se trasladó a la ciudad, en este caso rememora “la instalación de Eroski en el barrio de la Txantrea, una revolución comercial allá por la década de los 70 y 80, con una nueva forma de comprar y de atender la distribución”.

Un presente acelerado

Si hace medio siglo se produjeron cambios en los hábitos de consumo, los avances tecnológicos han adentrado a la sociedad a vivir en una revolución “a gran velocidad que deshumaniza”, repite Elizalde. En este escenario, “no hay que olvidar que detrás de un avance, se encuentra una persona”, subraya Iñaki Mendioroz al poner en valor la ética. 

“No debemos olvidar que detrás de un avance se encuentra la persona que lo ha logrado” Iñaki Mendioroz, director general de Economía Social

Tres razones motivaron a Elizalde a ser socio-cooperativista en Laboral Kutxa: trabajo en equipo en el que prima el interés colectivo sobre el individual; cuidar al cliente con atención de calidad; y sentido de pertenencia a una entidad. “La economía social genera sociedades más prosperas, y allá donde hay cooperativas, existe menos desigualdad”, explica Elizalde. “El presente es nuestro”, insiste.

Mendioroz añade que las empresas y organizaciones deben afrontar la transformación ecológica y digital desde los principios de justicia y equidad, ya que “sin ellos perderán competitividad en el medio y largo plazo”. 

Aboga por la colaboración público-privada para poder llevar a cabo esa transición. Desde la consejería y la dirección general de Economía Social debemos colaborar para “cambiar ciertos planteamientos y sumar para mantener proyectos resilientes, cohesionados, integradores y competitivos”.

Futuro social

Como en el presente se teje el futuro, Iñaki Mendioroz apuesta por “mejorar la comunicación de las seis familias de la economía social para explicar este modelo y sus valores”. Una tarea necesaria para que las personas emprendedoras actuales y futuras escojan esta fórmula para constituir sus negocios. ¿En qué consiste este sistema? En la participación democrática para tomar decisiones; en la propiedad social de los recursos; y en la distribución equitativa de beneficios entre sus integrantes.

Elizalde, siguiendo como ejemplo Laboral Kutxa, anhela una cooperativa de crédito para ese futuro que mantenga sus valores fundacionales para llegar al mayor número de familias y de empresas tanto de Navarra, la CAV -como del resto del Estado. “Trabajamos mucho para continuar como cooperativa, ya que resulta complicado conservar este formato en el actual sector financiero”, especifica.

El director general de Economía Social también piensa en ese futuro en el que se desplegará el tercer plan integral, en el que se abordarán retos, “como mejorar contrataciones y cualificaciones, fomentar la innovación, o la transformación digital desde la ética, etc”. 

En definitiva, la economía social lo tiene claro: “Si quieres ir lejos vete acompañado, mediante la colaboración entre el Gobierno de Navarra, el resto de instituciones públicas y los agentes privados”, concluye Mendioroz.

“La economía social genera sociedades más prósperas; allá donde hay cooperativas, hay menos desigualdad” Eduardo Elizalde, director de zona de Laboral Kutxa