El acceso a la vivienda es un derecho fundamental reconocido internacionalmente, pero en la actualidad sigue siendo un desafío. El aumento de los precios de la vivienda y la escasez de opciones, especialmente en grandes ciudades y áreas metropolitanas, ha convertido la vivienda en un bien escaso y, en muchos casos, inaccesible. Frente a este panorama, se hace necesario replantear el modelo de acceso a la vivienda, promoviendo alternativas más inclusivas y sostenibles que garanticen que todas las personas puedan ejercer este derecho. Navarra está tomando medidas en este sentido, combinando la sostenibilidad con modelos innovadores que garanticen la equidad social.
Una realidad compleja
El mercado inmobiliario ha experimentado un aumento en los precios, tanto en la compra venta como en los alquileres, lo que dificulta el acceso a la vivienda para amplios sectores de la población. Esta tendencia ha provocado que muchas familias, especialmente las más jóvenes, se vean obligadas a convivir durante más tiempo con sus padres o a recurrir a viviendas compartidas debido a la falta de opciones mayores.
La situación es aún más complicada para aquellos grupos vulnerables, como las personas desempleadas o aquellas que atraviesan dificultades económicas.
Ante esta realidad, se están explorando nuevos modelos de vivienda que ofrecen mayores niveles de accesibilidad y sostenibilidad. Iniciativas como el cooperativismo habitacional, el cohousing y el coliving están ganando terreno como soluciones innovadoras frente a la crisis de la vivienda. Estos modelos no solo contribuyen a hacer más asequible el acceso a un inmueble, sino que también promueven la convivencia y la colaboración entre los residentes, favoreciendo un estilo de vida comunitario y solidario.
Nuevos modelos: Hacia una vivienda más sostenible
El cooperativismo permite a los ciudadanos organizarse para construir y gestionar sus propias viviendas, lo que reduce los costes de construcción y facilita el acceso a precios más bajos. Este modelo fomenta la autogestión y la toma de decisiones colectivas, asegurando que las viviendas sean entendidas no solo como un bien económico, sino también como espacios para la convivencia y el bienestar social.
Por su parte, el cohousing promueve comunidades donde los residentes comparten espacios comunes, como cocinas y jardines, mientras mantiene su vivienda privada. Este modelo busca no solo ser más asequible, sino también ofrecer una forma de vida colaborativa y solidaria.
El coliving , por otro lado, se enfoca en la convivencia de personas que buscan flexibilidad y opciones económicas más costosas. Este modelo, que también apuesta por compartir espacios comunes, se está convirtiendo en una opción popular entre los jóvenes y los estudiantes, ya que les permite reducir los costes del alquiler mientras comparten experiencias y fomentan el intercambio social.
Programas de accesibilidad
El Gobierno de Navarra ha puesto en marcha varias iniciativas para abordar la crisis habitacional y garantizar el acceso a la vivienda como un derecho.
El programa EmanZipa está dirigido especialmente a los jóvenes, ofreciendo una solución para aquellos que desean emanciparse o continuar en su proceso de emancipación. En 2024, el alcance del programa se amplía, permitiendo que personas en situaciones de vulnerabilidad económica, como aquellas que se encuentran en un ERTE o en situación de desempleo, puedan acceder a viviendas en alquiler en condiciones preferentes.
Por otro lado, el Programa de Deducciones para Acceso a Vivienda (DAVID) ofrece una ayuda económica a las familias con ingresos bajos para hacer frente al alquiler de su vivienda habitual. Esta deducción está dirigida a aquellos hogares que no superan un umbral de ingresos determinado, garantizando que las familias más vulnerables puedan seguir viviendo en sus hogares sin que el costo del alquiler sea una carga insostenible.
Ambos programas son un ejemplo claro del compromiso del Gobierno de Navarra con la vivienda como derecho, apoyando a las personas que más lo necesitan y ofreciendo soluciones específicas para colectivos vulnerables.
Base de futuro
A medida que se consoliden estos enfoques, se abrirá la puerta a un futuro en el que el derecho a la vivienda no sea solo una aspiración, sino una realidad tangible para todos los ciudadanos, independientemente de su situación económica. Este cambio, además de transformar el escenario tradicional, también contribuirá a la construcción de una sociedad más justa y cohesionada, en la que el acceso a un hogar digno sea visto como una base fundamental para el bienestar y el desarrollo individual y colectivo.