El Izarra consigue tres puntos de oro

Con las novedades en el once del central Mahugo y del interior zurdo Albín, el Izarra salió con las ideas muy claras y acertó de pleno en su primera oportunidad. Javi Gómez superó con habilidad al lateral zurdo vizcaíno y su centro raso al área lo conectó Madariaga al fondo de las mallas. El primer tanto del delantero centro en toda la temporada asentó aún más al cuadro de Íñigo de Goñi, que apenas sufría ante un Arenas más voluntarioso que eficaz.

Los blanquiazules pudieron aumentar hasta en tres ocasiones su renta antes de cumplirse el ecuador del primer periodo. El guardameta local se lució primero para mandar a córner una intencionada rosca de Javi Gómez. En el saque de esquina consiguiente, Endika Irigoyen peinó el cuero en el primer palo estrellándolo en el poste, y minutos después de nuevo Javi Gómez, sin duda el jugador más vertical del encuentro, puso de nuevo a prueba a Carrio con otro gran disparo desde la media luna.

El Arenas de Getxo se limitaba a sacar córners, y tras unos iniciales intentos sin éxito creó por fin peligro en el quinto cuando Daiki estrelló en la madera su cabezazo en el segundo palo. En el sexto servicio desde la esquina, el rechace del mismo se alejó a unos 35 metros de la portería pero desde tan larga distancia Escobar conectó un derechazo que se coló por toda la escuadra ante la sorpresa de un Izarra que supo aguantar el empate al descanso gracias en buena medida al meta Fraga, autor de una parada en el mano a mano ante Iglesias.

En la reanudación, el partido se calmó sin pisarse apenas las áreas. Las defensas se mantenían férreas y no había un dominador claro del juego. El paso de los minutos no aclaraba el panorama, con un Izarra al que un ritmo lento y sin oportunidades parecía beneficiarle. A falta de veinte minutos para el final, el árbitro obvió un claro penalti sobre el recién incorporado Gorka Laborda.

A partir de ese momento, el encuentro volvió a enloquecer con los cambios. Álvaro perdonaba el segundo tanto de los locales y a renglón seguido, la respuesta navarra resultó fulminante. Gorka Laborda, tirando de oficio, recogió de espaldas el balón en el primer palo y a la media vuelta se sacó un disparo raso y cruzado, inapelable a las mallas.

El uno a dos era un auténtico tesoro para los visitantes, y más allá de un pequeño susto en una oportunidad de los rojinegros que se marchaba al limbo, el Izarra supo aguantar para obtener tres puntos de oro, más que justos, ante un rival directo.