Grandiosa actriz: Ya vivió lo suyo. 97 años iba a cumplir dentro de cuatro días, cuando la muerte la ha sorprendido como yo quisiera, durmiendo tranquilamente. Pese a todo, es imposible no sentir la pérdida de alguien a quien considerábamos casi de la familia. No en vano fueron casi trescientos capítulos de Se ha escrito un crimen, multiplicados por sus mil y una resposiciones. Todavía hace un par de semanas me la encontré en un zapeo a horas intempestivas, y me pregunté si aún seguía entre nosotros. A la hora de la despedida, me acuerdo, cómo no, de la serie legendaria, pero más de su impresionante papel secundario en Luz de gas, de George Cukor, junto a la sufriente Ingrid Bergman y al cabrito con pintas Charles Boyer. Descanse en paz.