ANÓNIMA ciudadana, anónimo ciudadano que hoy encontraré en mi colegio electoral buscando mi nombre en el listado y cantando mi número censal antes de tacharlo con una línea de boli: Me hago cargo de que, en la mayoría de los casos, lo que le ha deparado la suerte un tanto manipulada pueda ser vivido como una inmensa faena. Va a perder un domingo a cambio de una cantidad simbólica y un bocadillo. Seguro que hay que darle una vuelta a la fórmula que ha hecho que eso sea así. Pero entretanto, servidor, que, inexplicablemente, lleva 37 años librándose de pasar por semejante tesitura, le envía desde aquí su inmensa gratitud a compartir con el resto de quienes la (o lo) acompañen en la valiosa misión que desempeña. Y que le sea leve.