Tomba era 'la bomba'
el italiano lograba ser el primer esquiador que repetía oro olímpico en la misma prueba
Imaginen a un deportista rocoso -1,82 metros y 92 kilos de peso- y con una habilidad innata en las pruebas más técnicas del esquí alpino -eslalon y gigante-, y tendrán el retrato deportivo del considerado esquiador más espectacular de todos los tiempos.
Añádanle a ello un carácter jovial, una pasión no disimulada por las juergas y las mujeres, y declaraciones explosivas para la prensa, y no morderse la lengua con los directivos que le importunaban..., y entenderán que fuera uno de los deportistas más populares de su país, por delante incluso de los futbolistas y los ciclistas, lo cual es mucho decir en Italia. Y que, por supuesto, se tradujo en grandes contratos publicitarios.
Alberto Tomba, apodado la bomba, tiene un soberbio y larguísimo palmarés: tres oros olímpicos y dos mundiales; 50 victorias en la Copa del Mundo (35 en eslalon y 15 en gigante); una general en la Copa del Mundo y ocho más en especialidades (4 en eslalon y 4 en gigante)...
Pero quizás el punto culminante de su carrera deportiva se produjo en los Juegos de Invierno de Albertville: el 18 de febrero de 1992, en la pista Bellevarde de Val d'Isere, Tomba ganaba el eslalon gigante con una ventaja de 32 centésimas sobre el luxemburgués Marc Girardelli y de 84 sobre el noruego Kjetil A. Aamodt, y se convertía en el primer esquiador alpino que repetía oro olímpico en la misma prueba, ya que la había ganado también en Calgary'88.
Ante una afición entregada, dada la cercanía con Italia, Alberto Tomba marcó el mejor tiempo en las dos mangas, para que no hubiera sombra de duda sobre quién era el mejor en ese momento.
Y en su aldea natal -Castel de Britti (ayuntamiento de San Lazzaro di Savena, en Bolonia)-, el párroco hizo sonar las campanas para festejar el triunfo, y toda la población celebró el éxito con una salchichada general...
Alberto Tomba se retiró en 1998 después de 12 años consecutivos ganando al menos una prueba.