hace unas semanas un grupo de representantes de clubes deportivos navarros solicitó al Parlamento la constitución de una mesa de trabajo para estudiar la situación del deporte en la Comunidad con el fin de reclamar su atención hacia la situación económica y fiscal por la que están atravesando. Incluso plantean que esta mesa estudie cuál sería el departamento de la Administración más recomendable para adscribir al Instituto Navarro de Deporte y Juventud.

Seguramente pocos sabrán que nuestra Comunidad dispone de una Ley del Deporte, aprobada por el Parlamento en julio del 2001, que constituye el marco jurídico que debiera regular cuanto afecte al deporte en nuestra Comunidad.

Esta ley crea el Consejo Navarro del Deporte con el fin de promover la participación e interacción social en la configuración de la política general en materia deportiva, y en el desarrollo del deporte en Navarra, y para plantear la existencia de un foro de debate cualificado, con representatividad social en materia de deporte.

En febrero de 2007 y a través de un Decreto Foral se regula su organización, composición y funcionamiento y es en 2008 cuando se constituye, se reúne por vez primera y se presenta en sociedad.

En este Consejo están representados los clubes, las federaciones, los deportistas, los técnicos, los jueces, los medios de comunicación, las universidades y la propia administración deportiva. Dispone de un Pleno que debe reunirse, al menos, una vez al año y de una Permanente que debería hacerlo con más frecuencia.

A diferencia de otros Consejos, tristemente conocidos, en este no se percibe retribución económica alguna por su pertenencia, ni dietas, ni compensación en especie. En estos últimos cinco años el Pleno se ha reunido en cuatro ocasiones y en todas ellas se ha contado con la presencia casi total de sus componentes, lo que es buena prueba que la gente del deporte se compromete cuando se le requiere.

Pero en este tiempo, o bien no se ha querido, o no se ha sabido dotar a este Consejo de las competencias que la Ley le atribuye:

-Efectuar propuestas y sugerencias en materia de deporte a la Administración de la Comunidad Foral, así como, en su caso, y a demanda o petición de ellas, a las demás Administraciones Públicas, entidades o personas implicadas en la promoción y desarrollo del deporte en Navarra.

-Prestar colaboración y asesoramiento a la Administración Deportiva de la Comunidad Foral en materia y asuntos deportivos que sean de su competencia.

-Elaborar, a propuesta de la Administración Deportiva de la Comunidad Foral, informes y estudios sobre el estado del deporte en la Comunidad de forma general o en aspectos sectoriales.

Únicamente se le ha limitado al cumplimiento de la primera función y no siempre:

-Informar, con carácter preceptivo y no vinculante, los anteproyectos de Ley Foral y los reglamentos ejecutivos generales en materia de deporte.

El Consejo Navarro de Deporte fue creado como órgano consultivo y participativo al servicio de la Administración Deportiva foral. Con un funcionamiento correcto, además de contar con la opinión de los agentes más interesados se conseguiría el aval del deporte para las cuestiones más importantes, que al mismo tiempo son las más polémicas: La construcción de grandes infraestructuras, planes para la financiación deportiva, análisis de la problemática fiscal en el deporte, adscripción del Instituto Navarro del Deporte, propuestas para la promoción deportiva, desarrollo del Plan estratégico del Deporte, etc, etc.

Crear órganos consultivos para no ser consultados, órganos participativos para negarles la participación, supone, de facto, negar la utilidad del mismo y eso lleva a que la gente del deporte busque otros cauces para encontrar soluciones a sus problemas.

El Parlamento de Navarra, que en 2001 aprobó, sin voto en contra alguno, la Ley del Deporte, podría sugerir a la Administración Deportiva de la Comunidad que la mejor mesa de trabajo para estudiar los problemas deportivos es la del Consejo Navarro del Deporte. Ese debiera ser el cauce.

(*) Director del Servicio de Deportes de la Universidad de Navarra/Exdirector-gerente del Instituto Navarro de Deporte y Juventud

En cinco años de vida no se ha querido o no se ha sabido dotar al Consejo Navarro del Deporte de las competencias que la ley le atribuye