pAMPLONA - A Diana Sánchez, natural de Socuéllamos, Ciudad Real, le sobra el móvil en muchas ocasiones y echa de menos que se hayan perdido la tradición de escribir una carta.
¿Cómo fue su llegada a Pamplona?
-La verdad que perfecta, lo que pasa que es un viaje muy largo, pero estoy muy contenta por venir aquí.
¿Qué es lo que más le gusta de la ciudad?
-La gente.
Los que vienen de fuera, ¿notan ese carácter cerrado que dicen que tiene la gente del norte?
-(Risas). Que va, yo creo que eso depende de uno mismo. Yo soy muy abierta y no veo a la gente cerrada. Para mí eso depende de cómo sea uno mismo con el resto.
Nacida en Socuéllamos, Ciudad Real, ¿qué es lo que más echa de menos de su pueblo?
-A mi gente, mis amigos, mi familia.
¿Qué diferencias encuentra entre Pamplona y Socuéllamos?
-Aquí hay mucho más verde, es una ciudad con mucho más ambiente, etc. Mi pueblo es un pueblecito de Ciudad Real de 14.000 habitantes que en invierno parece que está abandonado.
¿Conocía algo de Pamplona antes de venir o solo los tópicos?
-Nada, solo conocía los Sanfermines.
¿En los viajes con el equipo qué suele hacer?
-Suelo leer.
¿Qué tipo de libros le gustan?
-De todo. Lo último que me leí es La apocalipsis Z. Una trilogía de miedo, pandemias, virus, de Manuel Loureiro.
Como le gusta tanto la literatura, ¿ha visitado Toboso, el pueblo de Dulcinea, la mujer de Don Quijote de la Mancha?
-(Risas). Sí. Cuando era juvenil solíamos ir a jugar y me conozco bastante todo aquello.
Aquí en Pamplona, ¿con quién vive?
-Con otra de mis compañeras, Ana Espadalé, y con el segundo entrenador que viene de Albacete, donde estuve jugando muchos años.
¿Tienen animales?
-Sí, tenemos dos perritos que se llaman Loco y Rey. Ana y yo nos pusimos juntas porque teníamos animales.
¿Con las tareas de la casa cómo se apañan?
-La verdad es que genial. Cada semana vamos cambiando de zona de limpiar. Estamos muy bien organizados.
¿Y en los fogones se defiende?
-Me defiendo para sobrevivir (risas).
¿Cuál sería su plato ideal?
-Ensalada y carne a la plancha.
¿Qué destacaría de la gastronomía navarra?
-He salido a poquitos bares y la verdad es que me gusta mucho. Probé un paté que estaba muy bueno.
¿Además de jugar al voleibol qué más hace?
-De momento nada, estoy esperando a ver si cojo plaza en un curso de quiromasaje.
¿Le gusta lo relacionado con la fisioterapia o los masajes?
-Me gusta poder ayudar a los demás y el masaje es una buena forma. A mí me ayudaron mucho con una lesión que tuve hace años y me siento en deuda. Creo que es importante poder ayudar a los demás.
Ahora que va a empezar el curso, ¿cómo se compaginan los viajes con los estudios o la familia?
-Como es un curso on line no me va a afectar mucho.
¿Queda tiempo libre con los entrenamientos y los viajes?
-Entrenamos cinco o seis horas al día así que tenemos bastante tiempo para nosotros.
¿En su tiempo libre qué le gusta hacer?
-Me gusta salir a pasear con los perritos, escuchar música o ver series.
¿Qué estilo de música suele escuchar?
-De todo, pero me decanto por el flamenco.
¿Cómo se lleva el estar fuera de casa?
-Ya me he acostumbrado. El primer año fue el peor porque no sabía hacer nada, no me había separado nunca de mi gente y no había salido nunca de mi casa.
¿Cuántos años lleva fuera de casa?
-La primera vez que me fui tenía 22 y ahora tengo 38, así que son muchos años alejada de mi familia. Llevo 16 años viviendo lejos de casa y es algo que al final me gusta porque conoces mucha gente.
Al estar lejos de casa, cuando tiene un problema, ¿con quién se desahoga?
-Al final te haces familias por el camino, amigas, compañeras... Se crea un círculo bastante grande de amistades y en el equipo siempre tienes alguna amiga más especial.
¿Se pueden llegar a forjar amistades que duran para toda la vida?
-Sí, compartimos tanto tiempo, tantas horas, tantas sensaciones y tantos viajes, que al final pasas más cosas con gente nueva que con tu propia familia.
¿Cómo es el ambiente en el vestuario?
-Genial, la verdad que nos llevamos muy bien.
¿Cómo se lleva la diferencia de edad que hay en el vestuario?
-No se nota, si es que las niñas de ahora no son las niñas que éramos nosotras antes. Se puede hablar con ellas de lo que sea, saben demasiado y ya son como una más. Yo a su edad estaba en el vestuario que ni hablaba.
¿Qué jugador español es su referente?
-Rafa Nadal, porque siempre está trabajando, siempre compite, aguanta el dolor siendo tan joven, aguanta la presión. Siempre cumple. Estando a tanto nivel que siempre cumplan es complicado y más ellos que al ser famosos tienen una presión adicional en todos los ámbitos.
Ha sido internacional y capitana en varias ocasiones con la selección absoluta, ¿qué tal se le da eso de ser líder?
-Bien, lo llevo conmigo. Tengo carácter competitivo, me gusta ayudar mucho y meterles caña. Intento que la gente esté a gusto y ayudarles todo lo que pueda.
Por motivos deportivos ha viajado a muchos países, ¿cuál es el que más le llamó la atención o el que recuerda con más cariño?
-Marruecos. Por la cultura, por cómo van vestidas, cómo saludan a las mujeres y a los hombres... Además luego te tratan muy bien. Tuve suerte de que estuve más tiempo. Otros viajes como vas a jugar y te vuelves no te da tiempo a conocer nada más que el pabellón y el hotel.
¿Se ve en un futuro como entrenadora?
-No, no quiero. Es la primera opción que me ofrecen siempre, pero me gustaría que cuando terminara el volei desligarme totalmente para hacer otras cosas que aún no he hecho.
¿Qué le gustaría hacer entonces?
-Si me sale lo de quiromasaje, genial, si no, también me gustan mucho los animales y no me importaría adoptar perritos, cuidarlos, tener una finca para tenerlos.
¿Alguna vez se ha planteado estudiar veterinaria?
-Lo tengo en mente, lo que pasa es que no termino de hacerlo porque como sé que no es todo bonito y que hay que sacrificar animales muchas veces, no sé si sería capaz. En realidad me decanto más por el quiromasaje.
¿El cine le gusta? ¿Es de las que prefiere ir al cine o ver películas descargadas en casa?
-La verdad es que solo voy en ocasiones especiales y porque me gustan las palomitas (risas). Prefiero ver una peli en el sofá porque eliges tú lo que te apetece.
¿Si no hubiera sido jugadora de voleibol que otro deporte le hubiera gustado practicar?
-Creo que hubiera hecho natación. Antes del volei hacía natación y competía, pero tuve que elegir. Entre medias también jugué a fútbol sala y me encantaba, así que no sé por dónde me hubiera ido, creo que por la natación aunque pienso que es más sacrificada.
¿Fue complicada esa decisión?
-Pues sí, porque me gustaba muchísimo. Entrenaba desde pequeña, pero elegí el volei y no me arrepiento para nada porque me salió bien.
¿Sigue la actualidad deportiva?
-Muy poco porque siempre ponen fútbol. Los deportes minoritarios sí que los sigo más, pero no por los medios. Parece que lo único que hay en el mundo es fútbol.
¿Cansa tanto fútbol en la tele?
-Mucho, porque hay más deportes mucho más bonitos y más sacrificados y no hablan de ellos. Creo que es un negocio, más que un deporte. Los que estamos en el otro lado pensamos “¿qué mérito tiene todo esto cuando hay deportistas que se parten el lomo y nadie les conoce?”.
¿Es usuaria de redes sociales? ¿Cree que sirven para acercar a los fans a sus deportistas o por el contrario piensa que quedan expuestas a las críticas?
-Sí. Yo creo que un deportista, cuando ya es deportista, está expuesto a las críticas en cualquier momento. Hay que ser consciente de que hay gente que quiere ser como tú, que quiere aprender de ti o, simplemente, que no quiere que te vaya bien. Es un buen medio para que la gente que hace deportes minoritarios se dé a conocer. Yo, gracias a las redes sociales he conocido deportistas que no sabía que existían y ahora les sigo y me intereso por lo que hacen.
Esas críticas que llueven a través de las redes sociales, ¿cómo se las toma uno?
-Es cuestión de madurez. Al principio todo te sienta mal y cuando creces coges esa madurez y aceptas que la gente te está viendo y así como te pueden decir cosas buenas, también te pueden decir malas. Hay que estar preparado para escuchar tanto lo bueno como lo malo.
¿Ha tenido alguna mala experiencia en las redes?
-No, nunca, todo lo contrario. Tengo muchos seguidores que me escriben y esperan que sepa que están ahí. Además intento contestar siempre a todos cuando puedo, soy muy cumplida. Creo que tiene que haber una reciprocidad.
¿Se considera una adicta al móvil?
-La verdad es que en muchas ocasiones me sobra. Con las tecnologías se ha perdido todo eso de escribir una carta y es algo que echo de menos. Yo con mi familia hablo por el fijo porque el WhatsApp no me gusta, me parece que por tenerlo ya tienes la obligación de contestar. Antes deseabas que te llegara una carta, incluso te molestabas en saber si escribías bien o mal y ahora con el corrector sirve.
¿Un viaje que le gustaría realizar?
-Ir a Argentina, no he estado, pero creo que es preciosa y que hay que ir a visitarla una vez en la vida.
¿Se iría en plan mochilera?
-Todos esos países son peligrosos para ir solo, además suelo ir más sobre seguro. Envidio a la gente que lo hace, pero no estoy tan loca (risas).
¿Colecciona algo?
-Monedas y billetes de todos los países a los que he ido. Y si me regalan alguna también las cojo.
¿Qué es lo que más valora en una pareja?
-La conversación, el trato, la educación. Me suelo fijar mucho en cómo trata la gente a los demás. Me gusta la gente que tiene educación, principios, valores... Si luego le sumas que sea moreno, guapísimo y que mida 1,90 mucho mejor (risas).
¿Tiene algún piercing o tatuaje?
-Piercings no, pero tatuajes tengo cinco. Hay alguno que no significa nada y que me lo hice porque me gustaba el dibujo.
¿Cómo se definiría con tres palabras?
-Cariñosa, cabezona y sincera.