Pamplona - Jesús Marcos (13-4-1983, Pamplona) es el primer árbitro navarro de la historia que ha entrado en el Grupo 1 (Leb Oro, Plata y Liga Femenina), lo que le coloca a las puertas de la ACB. Marcos lleva pitando desde los 15 años y representa a una importante hornada de colegiados navarros que ha entrado en las competiciones FEB esta temporada.

¿Cómo es arbitrar a tan alto nivel?

-Exigente. Es lo primero que me viene a la cabeza. Te das cuenta enseguida que el paso del Grupo 2 al Grupo 1 es brutal. La forma de preparar los partidos durante la semana no tiene nada que ver. Es mucho más técnico, se mira más el detalle. Es mucho más exigente.

¿Cómo cambia su vida?

-Cuando pitas en EBA estás en casa para cenar o si no para dormir. Ahora mismo, un fin de semana normal es salir a primera hora del sábado y volver para comer el domingo. Si es un fin de semana con viajes más largos, vuelves por la noche. Incluso puede que tengas que irte el viernes a comer. Hay que adecuar toda tu vida y eso obliga también a los que están a tu alrededor. Por ejemplo, el trabajo. Tienes que tener la opción de poder adecuarlo. También la pareja, que es lo más importante y es la que más lo sufre y, además, ella no lo elige. Toca viajar más, pero si quieres estar a este nivel tienes que estar dispuesto a ello.

¿Cómo le comunicaron su ascenso al Grupo 1?

-El año anterior me comunicaron por teléfono que estaba vinculado. El responsable del Comité Navarro me llamó para decírmelo. Este año me llamó para preguntarme qué tal me veía, sensaciones y demás, y él ya sabía lo que había, pero tardó unos 10 minutos en decírmelo (se ríe). Me hizo mucha ilusión.

¿Hay mucha diferencia de ambiente en los pabellones?

-El año pasado pité algunos partidos en LF y Plata, pero cuando me he dado cuenta de eso es esta temporada. Hay unos ambientes espectaculares. Cuando vas a un pabellón y ves que está lleno es una gozada, aunque te exige tener más control y tranquilidad.

¿Y de trato entre usted y los jugadores?

-Se nota desde que llegas al pabellón. Las personas que viven de esto van a lo suyo, se preocupan de mejorar y hacer su trabajo y a ti te dejan más tranquilo. Eso sí, si te equivocas te lo hacen saber. Se supone ya cierta seriedad entre ambas partes. Yo no voy hasta Albacete para preocuparme de un jugador, voy para hacer mi trabajo lo mejor que pueda.

¿Por qué ha costado tanto que un árbitro navarro llegase al Grupo 1?

-Creo que es por la forma de vivir el baloncesto en Navarra. Nos cuesta sacar equipos de alta competición y, por eso, también nos cuesta sacar árbitros. Nosotros somos un comité pequeño y sacar árbitros de gran nivel de ahí requiere tiempo y una pizca de suerte para poder compaginar.

Parece que ahora viene una buena hornada...

-Sin duda podemos estar muy orgullosos. Hay gente con potencial y progresando en competiciones FEB. Hace no muchos años no teníamos a nadie en categorías de la FEB y eso ha ido cambiando a mejor gracias al trabajo que se ha hecho durante muchos años por mucha gente. Esto demuestra el esfuerzo que se hace en Navarra, hay mucha gente detrás para que un árbitro llegue arriba.

¿Se ve como un referente para otros árbitros navarros?

-Yo me veo como un árbitro más. Quiero seguir desarrollándome y mejorando. Sí que hay compañeros que me dicen eso, pero me veo como un compañero más.

¿Su presencia en el Grupo 1 puede ayudar a que más personas se animen a arbitrar?

-Ojalá. Hace falta gente que tenga ganas de vivir el baloncesto de una manera diferente pero que es muy excitante y que te permite vivir muchas experiencias y muy completas.

¿Le gustaría pitar en ACB?

-Mucha gente me lo pregunta. ¿Por qué no? Nunca debes decir que no a nada. Ahora mismo estoy en el Grupo 1 y es algo que no esperaba hace años. Para mí fue un logro llegar a Nacional y lo fue llegar a EBA. Pero ahora de lo que tengo que preocuparme es de mejorar en estas categorías para ver si tengo posibilidades. Pero por deseo, sin duda.

Habrá coincidido con jugadores navarros...

-Sí, de hecho llegué a pitar a la misma jugadora en dos equipos (María Asurmendi). Nos llevamos los dos una grata sorpresa. Fue especial ya que recuerdo haberla pitado en Navarra un sábado sí otro también.

¿Cree que el arbitraje está suficientemente considerado en estas categorías?

-Sabemos lo que hay. Para ser profesionales de esto tendríamos que tener otras condiciones laborales y económicas. Además es de corta duración, no puedes estar a estos niveles a los 60 o 70 años. La gente que está en ACB no todos son profesionales. Sí que se nos pide un nivel que materialmente hace que no tengas tiempo libre durante la temporada, pero luego cada uno tiene su vida, su trabajo o su familia que no puede descuidar. Yo admiro a los árbitros con hijos, es difícil de compaginar. Vivir solo de esto es complicado. Tal vez se debería reconocer el esfuerzo ya que mucha gente no sabe el esfuerzo que hay detrás, pero profesionalizar el arbitraje en Oro o Plata es casi irreal.

¿Un jugador que le haya impactado?

-Pep Ortega, Iñaki Narros, o Noemi Jordana. Ortega está en el Prat y me sorprendió su liderazgo, ya que dio a su equipo un impulso emocional para ayudar al entrenador a cambiar una dinámica negativa. Con Narros igual, y Jordana es increíble por su ética de trabajo, capacidad de concentración y respeto.

¿Qué espera de esta temporada?

-Disfrutar arbitrando como lo estoy haciendo. Eso depende de mí, y ojalá que pueda entrar en los partidos importantes. Estar en play off sería un éxito, pero será difícil. Y también que los compañeros que vienen detrás sigan progresando y puedan vivir por ellos mismos lo que es estar en el Grupo 1.