buriram (tailandia) - De la mano de un polémico político y magnate del fútbol, la ciudad tailandesa de Buriram ha pasado en una década de ser un polvoriento enclave agrícola a alzarse como capital de la velocidad en el país y albergar una prueba del mundial de MotoGP.

El aspecto del centro de la urbe, de unos 28.000 habitantes y rodeada por arrozales en la meseta del noroeste de Tailandia, dista mucho del moderno Circuito Internacional de Chang por donde el próximo fin de semana circularán a más de 300 kilómetros por hora Marc Márquez, Valentino Rossi, Jorge Lorenzo y el resto de pilotos.

“Las entradas -unas 80.000- están agotadas para todos los días. Los hoteles de Buriram están completos y la ocupación en provincias anexas roza el 90%”, apuntó Boonyanuch Wanying, la directora para esta región de la Autoridad de Turismo en Tailandia.

“Entre el 5 y el 7 de octubre, Buriram aparecerá en los televisores de todo el mundo. Es una oportunidad increíble para dar a conocer la ciudad”, declaró orgullosa Nat, de 34 años y profesora de secundaria, al pie de un cartel donde aparecen los corredores.

Aunque no todo el mundo coincide en el impacto positivo a raíz de la competición. “La inversión podría ser destinada a crear una industria duradera, los jóvenes de Buriram emigran a Bangkok en busca de trabajo. El circuito está enfocado a corto plazo en el turismo, ¿qué pasará después de esos”, se queja un taxista.

Mientras se rematan los últimos ajustes para engalanar la localidad con pancartas y banderas que den la bienvenida a los motociclistas, el cambio radical de esta somnolienta capital de la homónima provincia no se entendería sin la figura de Newin Chidchob, quien “ha invertido en la industria del deporte, lo que atrae a muchas personas a la ciudad. Ello contribuye a la distribución de ingresos en los comercio locales y ayuda a mejorar las infraestructuras de la provincia”, incidió la responsable de turismo. - Efe