Lo de Cupra, visto desde fuera, podría parecer un milagro, un ejercicio de creatividad en el que la fortuna ha permitido, por esos azares de la vida casi siempre incomprensibles, crear una marca casi desde cero, dotarla de personalidad propia y hacer que cale entre el gran público con tanta fuerza como entre los amantes, expertos y aficionados al mundo del motor. Pero nada más lejos de la realidad.

Cuando en junio de este año la firma desvelaba en Terramar, Sitges, donde todo empezó cuatro años atrás, lo que calificaba como “emocionantes planes de futuro, en los que figuraban los nuevos héroes para una nueva era, para escribir un nuevo capítulo de su historia”, la firma española atesoraba ya un trayecto en el que había entregado 200.000 unidades y su facturación había pasado de 430 millones en 2018 a casi 2.200 millones de euros en 2021, “cifras muy por encima de todas las expectativas”. Al mismo tiempo, anunciaba sus planes de “duplicar sus ventas, su facturación y su red global de Cupra Masters y Cupra City Garages”. Para ello anticipaba “una nueva era en 2025 con tres nuevos modelos electrificados: Cupra Terramar, Cupra Tavascan y Cupra UrbanRebel, amén de su actual gama renovada”.

De ser poco más que la denominación de las versiones más deportivas de la gama de Seat –una idea genial y lógica al mismo tiempo, porque son muchos los amantes de la conducción alegre entre los incondicionales de esta marca-, se había pasado a crear un nueva identidad, tan sólida, consistente, atractiva, estimulante y cautivadora como para seducir a conductores de todas las edades, de muy diferentes niveles económicos, procedentes de todo tipo de marcas y entusiasmados por disfrutar al volante de una firma con mucho carácter. Aquí, el espectacular diseño exterior, el cuidado exquisito a la hora de definir las formas y materiales del interior, la intensidad de las sensaciones al volante, sobre todo en las poderosas versiones más racing, y una indisimulada versatilidad que los convierte en coches perfectos para el día a día, pero también en aliados insustituibles si buscamos sensaciones fuertes, han hecho de los Cupra toda una referencia en el mercado.

Cupra se consolida como la marca más deportiva, joven, rompedora y singular del Grupo Volkswagen

Nosotros, aprovechando la apertura del nuevo concesionario de Cupra en Pamplona (Garage Cupra Iruña Motor, en el Polígono Cordovilla, calle E, nave 3), hemos tenido la oportunidad de ponernos brevemente a los mandos de tres modelos de la gama: el Cupra Ateca de 300 CV y tracción total, el eléctrico compacto Cupra Born y el crossover Cupra Formentor híbrido enchufable de 204 CV (también está disponible con 245 CV).

Las sensaciones sobre el Ateca son sencillamente las que esperas y deseas si eres un conductor deportivo amante de las emociones fuertes. Con toda la polivalencia y funcionalidad de un SUV asfáltico compacto (4,39 metros de largura), pasarías por un ejemplar padre de familia si no supieras que bajo el capó se esconce una máquina superlativa de 300 CV con tracción total. Tan cómodo y práctico como deportivo y divertido, es una joya para los amantes de la conducción alegre que también gustan de usar el coche a diario, con el máximo confort, seguridad y respeto por las normas de tráfico. Doctor Jekyll y Mister Hyde.

El Born, el primer modelo 100% eléctrico de la marca, es un turismo compacto de 4,32 metros de largura que, además de presumir de sus cinco estrellas en los test de choque Euro NCAP, se ofrece con potencias de 204 y 231 CV y autonomías de hasta 549 kilómetros. Como buen Cupra, cautiva por su diseño exterior, elegante deportividad y fuerte personalidad. Como brillante eléctrico, entusiasma por su silencio de funcionamiento, finura y poderosa aceleración; y como compacto se agradece su amplitud interior, excelente visibilidad y luminosidad de habitáculo, además de un diseño de interior, asientos y mandos realmente estimulante. Sólo con mirarlo ya disfrutas.

Por último, el Formentor Hybrid de 204 CV nos ha parecido la opción intermedia, la del crossover deportivo de línea, diseño interior cautivador y mandos y materiales totalmente Cupra, pero con una funcionalidad, eficiencia y dinámica que piensa más en el respecto medioambiental que en las puras sensaciones deportivas. Es otra formar de vivir Cupra, porque la marca y el espíritu son uno, pero las maneras en que se experimentan ambos, múltiples.

El diseño, el carácter, un toque de inconformismo y la deportividad más versátil se nutren de la tecnología más avanzada y sostenible

Después de bajarnos de estos tres espectaculares y emocionantes modelos, uno recuerda la frase del director de Diseño de Cupra, Jorge Diez, cuando asegura que “nuestro objetivo final es que la gente se enamore de nuestros coches, creando experiencias únicas. No queremos gustar necesariamente a todos, pero sí que haya personas que se enamoren totalmente de nuestros coches”. A buen seguro que lo consiguen. Yo ya soy uno de ellos.