Hay muchas razones por las que puedes ser sancionado cuando te encuentras al volante: exceso de velocidad, no respetar las señales o los semáforos, conducir utilizando el teléfono móvil, no tener la documentación en regla y un largo etcétera. Multas más o menos dolorosas según la cuantía y la posible pérdida de puntos.

300.000 euros

De entre todas esas sanciones pocas podrán llegar a los 300.000 euros. Pero hay una que sí y conviene conocerla. Los coches cada vez cuentan con más elementos tecnológicos que facilitan la conducción y el confort a bordo. Y uno de ellos, cada vez más habitual, es la dashcam, esa cámara digital que muchos vehículos tienen ya de serie, otros traen la preinstalación hecha y en algunos se colocan a posteriori. Y que sirven, por ejemplo, como prueba en un juicio por un accidente de tráfico, ya que graban lo que sucede en la carretera delante del coche y con esas imágenes se puede identificar de quién es la culpa del siniestro.

Legal, pero con restricciones

Es un dispositivo legal (de ahí que pueda venir de serie) pero que cuenta con restricciones importantes, que según la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) en caso de un uso inadecuado, podrían generar sanciones de hasta esa elevadísima cantidad de 300.000 euros. Porque lo que no se puede hacer es difundir las imágenes captadas por esa cámara sin cumplir con la normativa de la Ley de Protección de Datos, a riesgo de incurrir en una infracción clave.

Una dashcam. Freepik

La cuestión es que no está permitido grabar de forma continua la vía pública, ya que en ese caso se consideraría que se está realizando una actividad de videovigilancia, función para la que sólo tienen autorización las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Además, hay que tener en cuenta que está prohibido difundir en las redes sociales fotografías y vídeos que permitan identificar tanto a personas como a matrículas de vehículos si no se procede previamente a difuminarlas.

Otras posibles multas

No es la única multa que se puede recibir por el uso de una dashcam, que sólo debe grabar desde la parte delantera del vehículo y únicamente cuando se encuentre en movimiento. Manipularla mientras se conduce conlleva (si te pillan) una sanción de 200 euros y la pérdida de tres puntos del carné, mientras que situarla en un sitio que obstaculice la visión del conductor supone una multa de 80 euros si el agente así lo considera.