El vicepresidente de la Comisión Europea encargado de las Relaciones Interinstitucionales, Maros Sefcovic, insistió este miércoles en que la Unión Europea mantiene sus "puertas abiertas" para negociar con el Reino Unido mejoras en el Protocolo sobre Irlanda del Norte, pero no acepta imposiciones.

"Nuestras puertas están abiertas para las negociaciones, pero tienen que ser negociaciones constructivas y no pueden hacerse de manera que los resultados ya estén impuestos de antemano", subrayó Sefcovic en una rueda de prensa en Bruselas en la que presentó el Informe de prospectiva estratégica de la UE en 2022.

Para el vicepresidente comunitario, que viaja esta tarde a Londres, el plan del primer ministro británico, Boris Johnson, para ignorar unilateralmente las partes más controvertidas del acuerdo del Brexit a  través de una ley que está en trámite parlamentario es "totalmente inaceptable para la Unión Europea".

Infringe el derecho internacional

La principal razón que aducen los Veintisiete para rechazar el proyecto de Johnson es que "simplemente infringe el derecho internacional" y los acuerdos firmados por Londres y Bruselas, tanto de retirada del Reino Unido de la UE -lo que se conoce como Brexit- como el de la relación comercial y política entre ambas partes, que se pactó en la nochebuena de 2020.

Según Sefcovic, el Protocolo de Irlanda del Norte "es la mejor solución porque aporta seguridad, seguridad jurídica, y también tuvo en cuenta cuando se negoció un aspecto muy importante, que fue evitar una frontera dura, física entre Irlanda del Norte y el resto de Irlanda".

"Se reúnen todos los elementos para llegar a un acuerdo lo único que necesitamos es voluntad política por parte del Gobierno del Reino Unido para poder avanzar", afirmó el vicepresidente comunitario.

A favor de un debate constructivo

Sefcovic precisó que durante su breve estancia en la capital británica va a presentar y concretar las propuestas europeas en búsqueda de "soluciones para facilitar las cosas", y recalcó que la UE siempre está "del lado de la paz y debates constructivos".

Si el texto Jonhson sale adelante, el Gobierno tendrá competencias, según la legislación británica, para limitar los controles aduaneros pactados con Bruselas y anular el papel del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) como última instancia para disputas comerciales en la región, que continúa integrada en el mercado comunitario.

También tendrá libertad para aplicar subsidios y desgravaciones fiscales en Irlanda del Norte, que según los acuerdos debe cumplir las reglas europeas para evitar competencia desleal con el resto del mercado, así como para que las empresas norirlandesas puedan prescindir de los estándares comunitarios si sus productos no están destinados a la UE.

Amenaza de llevar el caso ante el TJUE

La iniciativa de Jonhson provocó que el pasado 15 de junio la Comisión Europea diese dos meses de plazo de facto al gobierno británico para dar marcha atrás en su decisión de saltarse lo pactado en el acuerdo del Brexit y si no lo hace le llevará ante el Tribunal Europeo de Justicia (TJUE).

El Ejecutivo comunitario anunció entonces que va a reactivar, por un lado, un procedimiento de infracción contra Londres que había lanzado y "congelado" en marzo pasado y, por otro, que va a poner en marcha dos nuevos expedientes contra Londres.

Aun así, Bruselas mantiene la mano tendida al diálogo para buscar soluciones y propuso posibles soluciones en cuestiones aduaneras y sanitarias y fitosanitarias para facilitar la circulación de mercancías entre el Reino Unido e Irlanda del Norte.