Volcado en la identificación de sus más de 1.300 víctimas, Israel continúa su feroz ataque contra la Franja de Gaza mientras sopesa la posibilidad de una incursión terrestre al enclave, cuya población civil no tiene a donde escapar ni donde refugiarse de las bombas.

Israel ha desplegado 35 batallones en la zona sur, "listos para ingresar en la Franja de Gaza, si el gobierno así lo decide", afirmó este jueves Roni Kaplan, portavoz del Ejército, que ahora centra su ofensiva en acabar con los líderes de Hamás.

Otro portavoz militar indicó que Israel prepara la próxima fase de la guerra, que podría ser desde el aire, combinando aire o mar, o también por tierra, aunque no es definitiva ninguna decisión, dificultada por el hecho de que las milicias palestinas de Gaza tienen unos 130 rehenes.

El Ejército ha confirmado y comunicado a sus familias la identidad de 97 cautivos, mientras acelera la identificación de todos los muertos que ha dejado esta guerra que comenzó con la brutal agresión de Hamás el pasado sábado, más de 1.300 -más que en toda la Segunda Intifada-, además de 3.200 heridos.

El proceso de identificación de víctimas avanza a un ritmo lento en Israel. De los 854 cadáveres que han llegado a la base militar de Ramla, donde se están llevando a cabo estas labores, solo 361 han sido identificados y 264 enterrados, ya que antes de los sepelios se deben tomar pruebas de ADN y fotografías, que se cotejan con una base de datos nacional.

"Queridas familias, incluso durante los combates, estamos haciendo tres esfuerzos principales: el esfuerzo operativo de inteligencia, por formular un diagnóstico de la situación de los cautivos y desaparecidos, y por ayudar a sus familias", afirmó el general de brigada Gal Hirsch, nombrado por el gobierno Coordinador para cautivos y desaparecidos.

El coordinador indicó que las búsquedas sobre el terreno continúan, así como el difícil trabajo de la identificación de los cadáveres.

GAZA EN EL ABISMO

En Gaza, los muertos por los bombardeos ya superan los 1.400 muertos y 6.200 heridos. Además, el Ejército israelí asegura haber encontrado los cuerpos de unos 1.200 "terroristas" de Hamás que participaron en la incursión a Israel y murieron en combate.

Allí, la población se encuentra al borde del abismo, en una marea de destrucción -sin luz, agua o comida- y sin tener a donde ir, mientras crecen las demandas de la comunidad internacional para abrir corredores humanitarios. Unos 340.000 gazatíes están desplazados por las bombas.

Hamás rechazó una propuesta de corredor humanitario hecha por Egipto porque "obligaría al pueblo palestino a abandonar su patria" e implicaría un nuevo desplazamiento y búsqueda de refugio, declaró hoy una fuente del grupo islamista a EFE.

En la ciudad de Gaza, unas 3.000 personas inundaron el lujoso hotel Al Mashtal mientras llaman a la Cruz Roja Internacional para pedir ser evacuados, luego de que ocho torres residenciales donde vivían, con más de 300 apartamentos, fueron reducidas a escombros. Ya no tienen agua ni alimentos.

También están bajo el fuego las ciudades de Beit Lahia y Beit Hanoun, al norte del enclave, así como Rafah, el cruce con Egipto por donde Israel no permite la entrada de ayuda humanitaria, además de haberlo bombardeando intensamente en los últimos días.

ADMISIÓN DE ERRORES

En el sexto día de guerra, se ha escuchado la primera admisión de errores por parte de Israel respecto a la agresión de Hamás, que tomó a las tropas y a la inteligencia israelí totalmente desprevenidos.

El jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, Herzi Halevi, admitió, en su primera intervención pública desde el inicio de la guerra, que el aparato de seguridad "cometió errores" al no poder impedir la ofensiva de Hamás y prometió que "se investigarán los fallos en la cadena militar".

"Las Fuerzas Armadas de Israel son responsables de la seguridad del país y sus ciudadanos, y el sábado por la mañana en los entornos de la Franja de Gaza no nos ocupamos de ello", declaró Halevi.

El mea culpa de la jerarquía militar llega en medio de la polémica sobre si Israel fue advertido por Egipto o no, días antes del ataque de Hamás, como han afirmado fuentes egipcias.

Incluso se filtró que incluso revelaron que el jefe de la inteligencia egipcio, Abas Kamel, llamó por teléfono al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, diez días antes de la agresión para advertirle de que Hamás planeaba "algo inusual, una operación terrible", algo que Israel ha negado tajantemente.

"El primer ministro fue informado sólo el sábado a las 6:29 a. m. sobre el estallido de los combates, y no antes de eso", insistió hoy su oficina después de que medios hebreos publicaran que varios comandantes del Ejército mantuvieron conversaciones telefónicas la noche anterior a la devastadora infiltración de Hamás, tras supuestamente recibir indicios sobre algo fuera de lo común.