elizondo. Las avispas asiáticas han arruinado en pocos días catorce colmenas y aniquilado a toda su población de abejas en una explotación apícola de Etxalar que era propiedad y trabajaba desde hace al menos 35 años el vecino Santiago Mitxeltorena. La acción mortífera de esta avispa invasora, que ya ha colonizado la cuenca del Bidasoa de extremo a extremo, continúa causando víctimas y daños irreparables entre las abejas domésticas y las colmenas de producción de miel, y de forma particularmente agresiva tras finalizar el verano.

Para Santiago Mitxeltorena, de la casa Gorostipalea, un hombre que regresó hace casi cuatro décadas de Estados Unidos, donde trabajó como pastor, el disgusto fue "terrible, terrible", al observar la mortandad y el desastre causado por las avispas asesinas en sus colmenas. De 28 que poseía, encontró arrasadas la mitad, 4 de 6 en un paraje, 6 de 10 en otro y 4 de 12 en un tercero, lo que da una cierta idea de la magnitud de la invasión, por más que estas avispas y las abejas sean capaces de recorrer grandes distancias.

"Las abejas de todas las colmenas están aterrorizadas y no se atreven a salir, lo que es un auténtico desastre porque en este tiempo se afanan en trabajar para acopiar alimento para el invierno", se duele Santiago, que advierte además que el resto de colmenas "están muy dañadas" y teme que no sobrevivirán. El suyo es uno de los casos más graves que se conocen, aunque todos los apicultores de la cuenca del Bidasoa están en alerta permanente y se defienden como pueden.

Ayer mismo, Santiago Mitxeltorena había quedado con un vecino en acudir a eliminar a cartuchazos de escopeta un nido de avispas asiáticas que "está activo", en un bosquete existente a unos 50 metros de Larraburua, el Hogar del Jubilado de Etxalar. Y tenían otros dos nidos activos localizados, uno en el barrio de Urritzokieta, cerca del caserío Salaberria, y otro hacia la parte de Baztan.

En lo que ha podido comprobar, los manzanos y las vides autóctonas que aún se conservan en algunas casas y caseríos, "están repletos de avispas, es una plaga", que desde hace 3 o 4 años, cuando fue detectada su presencia, se ha extendido de forma imparable. La cuestión está en intentar eliminar a las reinas de estas colonias invasoras, lo que no resulta fácil porque muchas ya se habrán refugiado para pasar el invierno y volver a reproducirse.