uN grupo de vecinos entusiastas que han trabajado durante dos años y el Ayuntamiento de Bera volvieron a leer los acontecimientos históricos acaecidos en los estertores de la invasión napoleónica en 1813 en el puente de San Miguel, y los padecimientos (hambre, epidemias y miseria) que sufrió la población de Bortziriak. En dos años, los Amigos del puente de San Miguel han restaurado la infraestructura y ayer, 1 de septiembre, recordaron el bicentenario de la batalla que aquí tuvo lugar.
"Hace 200 años ingleses y franceses batallaron aquí, Wellington y Napoleón, sin importarles demasiado la situación en la que quedaba la población (...) que sufrió durísimas consecuencias; hambruna, enfermedades y muerte", leyó Ritxi Abril en la ceremonia conmemorativa. "Y hoy, pese a todo, estoy contento porque habéis venido, no a revivir aquellas batallas, sino a recordar la finalidad de este viejo pero renovado puente que os habla: impulsar la unión y fraternidad entre los hombres y mujeres a los dos lados del Bidasoa", añadió.
La historia cuenta que la tropa napoleónica, huido José Bonaparte (Pepe Botella para el pueblo), derrotada en Vitoria y en San Marcial, falta de víveres y provisiones, se retira como puede a Francia mandada por el general Vandermaesen, pero debe cruzar un Bidasoa crecido e intenta pasar este puente en una noche de horrible tormenta. De forma inesperada se encuentran con un puñado de soldados ingleses y de paisanos al mando del capitán Daniel Cadoux, que les impiden el paso y hostigan toda la noche. Con la luz del día, la superioridad numérica francesa se impone y acabará pasando, aunque Vandermaesen y Cadoux morirán.
Ayer, los cargos electos de Bera y Lesaka, acompañados por sus txistularis, dantzaris y bandas de música, y espectadores, muchos ataviados a la usanza vasca, compartieron el siempre espectacular baile de la bandera, cuando ondearon las enseñas de las dos villas sobre el puente. En el bicentenario no hubo batalla sino danza, música, paz y solidaridad, y buenos deseos.