bakaiku. Un año más, socios de la peña Alegría de Iruña recogieron por las localidades de Sakana patatas y otros alimentos para la Residencia de las Hermanitas de los pobres de Pamplona. Era la Operación patata, una cuestación que ayer cumplió 51 años apelando a la generosidad de los sakandarras. Después de una lluviosa primavera y un verano seco, la cosecha de patatas ha sido escasa, lo que se notó en la recogida. Fueron 900 kilogramos, la mitad que el pasado año, además de otros alimentos como alubias, manzanas, avellanas, calabazas o nueces, así como dinero, 480 euros en total. Asimismo, recibieron cajas de pañales para mayores.
Ayer participaron en esta peculiar cuestación 12 voluntarios. Temprano, a las ocho de la mañana se citaron en el frontón Labrit, desde donde partieron hacia Urdiain, primera parada de la ruta. La llegada de la caravana, formada por una furgoneta y dos coches, se anunció con megafonía. "¡Operación patata! ¡Los mozos y mozas de Alegría de Iruña recogemos patatas para las Hermanitas de los Pobres!", proclamaban Josefina Ortiz y Benjamín Rekarte, megáfono en mano desde diferentes vehículos mientras de las casas salían vecinos con cestos y sacos.
"La gente es muy generosa", apuntó Charo Huarte, una de las voluntarias ayer, que agradecían el gesto con la entrega de un calendario de las Hermanitas de los Pobres.
Después se continuó por Iturmendi, Bakaiku y Etxarri Aranatz, donde hubo un hamaiketako de fundamento en el restaurante Iturri Eder. El periplo por Sakana continuó por Arbizu, Lakuntza y Uharte Arakil, punto en el que la comitiva se dividió en dos para acudir a Irañeta, Ihabar, Hiriberri y Satrustegi. Hacia las tres y media de la tarde el grupo volvió a la residencia.
Esta cita tiene fecha fija, el domingo siguiente a la festividad de Todos los Santos, siempre que Osasuna no jugara en casa, como recordó Fernando Setoáin, responsable de la Operación patata, tarea en la que cogió el testigo a su padre. Ayer, los ánimos no estaban muy altos, después de la goleada de la Real. Pero la solidaridad de los sakandarras hacía olvidar el disgusto. "La respuesta de la gente es increíble, te motiva a seguir", observó Setoáin.
El artífice de esta cuestación fue Luis Zalba, ya fallecido, que ayudaba a las monjas a recoger patatas. Para liberarles de esa tarea, buscó el respaldo de una sociedad. Lo encontró en Alegría de Iruña. Durante años la Operación patata recorrió gran parte de Navarra, con rutas por Roncal, Salazar, Aezkoa, Arce-Erro, la Ribera y Sakana. En sus mejores tiempos se llegaron a recoger 80.000 kilos.