Cementerio de Beritxitos, 1909
En 1909 - La población leía con horror las noticias sobre la guerra de África, con episodios como el desastre del Barranco del Lobo, en el que los patriotas rifeños habían masacrado a cientos de reclutas, obligados a ir a una guerra que les importaba un bledo, para defender vete tú a saber qué intereses. Las levas obligatorias y la constante sangría terminarían por provocar la célebre Semana Trágica de Barcelona, además de motines sociales como el de Viana, en el mes de junio, en el que los campesinos se alzaron contra la explotación a que eran sometidos. Como era de esperar, la cosa terminó con una salvaje represión, también en Viana, donde la Guardia Civil acudió para garantizar el orden... de los ricos.
La foto muestra la entrada al cementerio pamplonés, ante la que posa el capellán, de aspecto rubicundo, junto a otro eclesiástico larguirucho. Ante ellos se ha tumbado en actitud reverente un perrito blanco, mientras que detrás posa tímidamente un "paisano" de aspecto mísero, con estatura inverosímil y trazas de haber pasado mucha hambre.
Hoy en día - Las únicas dificultades para reproducir la foto de 1909 vienen dadas por los árboles de gran porte que han proliferado para dar sombra al lugar, y tras los cuales adivinamos el edificio de entrada al camposanto. Sabemos que fue erigido por el Ayuntamiento en 1832, por lo que tenía ya 77 años cuando se hizo la foto vieja. Hoy en día permanece aún reconocible, con sus tres puertas en planta baja, aunque le falta la espadaña con la campana y se ha alterado el número y la ubicación de las ventanas.
En cuanto a la guerra de África de 1909, no cabe duda de que entre los que murieron en las dunas y en las resecas montañas del Rif figurarían reclutas pamploneses, que darían con sus huesos (nunca mejor dicho) en este cementerio de Beritxitos. Así, por ejemplo, en una noticia publicada en los periódicos del día 8 de agosto de 1909, se decía que los propietarios del Colegio Huarte de Pamplona iban a dar educación gratuita en sus aulas a los huérfanos de los soldados muertos en la guerra de Marruecos. ¡Y aún había quien se quejaba...!