Pamplona - El pasado 21 de mayo, y con motivo del día Europeo de la Red Natura 2000 se presentó en Gallipienzo el proyecto Life Bonelli, cuyo objetivo es la recuperación de las poblaciones de águila de Bonelli en diferentes poblaciones de la Península Ibérica y Baleares, entre ellas Navarra, donde está en peligro de extinción. Se trata de la primera vez que se aborda un proyecto que plantea medidas concretas de conservación de varios núcleos poblacionales de esta águila. Navarra cuenta con especies en Gallipienzo, Etxauri y Lumbier. La recuperación se hará mediante el reforzamiento poblacional en Madrid, Navarra y Álava, además de la reintroducción de la especie en Mallorca. El presupuesto de 63.000 euros, con apoyo de fondos europeos, que Gestión Ambiental de Navarra va a destinar al estudio de esta especie se dedicará a contratar a expertos para que asesoren durante cuatro años en las labores del hacking o crianza campestre de la especie, la monitorización de los ejemplares introducidos, control de la población y seguimiento de la reproducción del águila de Bonelli en Navarra, incluidas en el marco del proyecto europeo Life Bonelli. En 2011 las tres comunidades autónomas comenzaron un programa de suelta de pollos mediante el sistema de hacking o crianza campestre. Todo el esfuerzo dio sus frutos y tal y como se esperaba los animales asumieron la zona de liberación como su zona de nacimiento, por lo que al llegar a la edad adulta criaban ahí. Esto es lo que ocurrió en Mallorca, en donde una pareja de águilas tuvieron un polluelo que evoluciona favorablemente. Sin embargo, como esto no es suficiente se está actuando sobre las causas de regresión. Por lo tanto cada comunidad autónoma ha hecho una evaluación de las causas para actuar sobre ellas. En el caso de Navarra, en los años 90 se corrigieron los tendidos eléctricos que causaban muchas muertes y ahora se está el número de presas potenciales, para lo que se están construyendo palomeras y se están creando madrigueras con conejos.

En los años 60 la especie se extinguió en Baleares, y además presentaba regresiones muy acusadas en Castilla y León, Madrid o Aragón, en donde las poblaciones de águilas de Bonelli iban reduciendo sus efectivos y desapareciendo de grandes zonas. En Navarra la población de águilas siguió una dinámica similar. En los años 70 se hablaba de 7 parejas establecidas, un número que se redujo a 5 en los 80 y que disminuyó aún más en los 90, ocupando sólo 3 territorios. El resultado final se tradujo en un avistamiento muy escaso de jóvenes inmaduros que pudiesen sustituir a las parejas que desaparecían y una alta mortalidad por choques con tendidos eléctricos y persecución directa. Además de una bajísima productividad que dieron como resultado que la población entrase en lo que se conoce como el vórtice de la extinción. A raíz de esto se puso en marcha Life Bonelli, ya que la península mantiene un 65% de la población europea. - Sara Huarte