Burlada - Una vez al año se dejan mimar, siempre a mediados de diciembre. Lo hacen con un día para ellos, en el que su protagonismo se exhibe, desde hace tres años, en la Casa de la Cultura de Burlada. En dos funciones los miembros de la Comparsa de Gigantes de la localidad bailan, actúan y se llenan de halagos. La agrupación cumple este año 45 temporadas de salidas y danzas a pie de calle en este municipio de la Comarca de Pamplona, pero sus integrantes piensan que hacer una fiesta para celebrar estas bodas de zafiro es demasiado. “Lo dejamos todo para el 50 aniversario”, dice su presidente, Jaime Sánchez García, de 36 años.
Y aunque el día es para ellos, aprovechan para homenajear la figura de una persona o colectivo burladés. Este año, el reconocimiento fue para Burlada Blues Bar, el primero que recibe esta asociación que lucha por mantener e impulsar este estilo de música, haciendo que “muchísima gente llene sus conciertos”, apunta Sánchez. Un aurresku, una txapela bordada con el logo de la Comparsa y un pañuelico son los recuerdos de este homenaje que este grupo, impulsado por el peluquero local Miguel Rubio, se lleva.
De aquella comparsa que vio la luz en 1969 (es, junto con la de Huarte, una de las primeras que surgieron en pueblos de alrededor de Pamplona) queda poco: ninguno de sus gigantes, kilikis o miembros se mantiene. Pero permanece el espíritu por seguir con la tradición, según Sánchez García. Hoy en día, 25 hombres (“el número ideal para las figuras que tenemos”, asegura) soportan el peso de cuatro gigantes y cinco kilikis que representan personalidades autóctonas de Burlada, reales o simbólicas. Entre las primeras, los hermanos Josefa y Francisco Ardanaz, más conocido entre los burladeses como soldau. “Eran personas muy humildes -ella falleció en 1983 y él, en 1989- que trabajaban por Burlada. Además eran muy chiquitos, pero de espíritu grande, por eso son nuestros gigantes”, confiesa Jaime Sánchez. Los otros dos gigantes son la burladesa Leonor de Borbón, nieta de Carlos III, y su marido Bernard d’Armagnac. Los kilikis, en cambio, son representaciones simbólicas de modelos burladeses, como el zapatero Juan Ermita, la garbancera Asun Zaldua, o Blas Landazábal; sus nombres son los de los tres patrones de la localidad.
En los 20 años que lleva siendo comparsero, cinco de ellos como presidente de la agrupación, Jaime Sánchez ha visto cómo, con el paso del tiempo, la “enfermedad” por los gigantes va en aumento. “La culpa la tienen los Sanfermines, que han hecho que las figuras sean una parte muy importante en las fiestas de los pueblos”, añade. Pero mientras la acogida social va en aumento, como señala Sánchez, la visualización exterior decrece “por la crisis; contratar una actuación de gigantes no es barata por todo el movimiento que supone”. Agrega: “hemos pasado de tener unas 10 salidas fuera de Burlada a tener, como mucho, dos”. Para curar eso, una opción, dice Sánchez García, es buscar innovación, pero prefiere no entrar en qué consiste. “Los patrones ya están muy marcados por la Comparsa de Pamplona. Solo queda buscar diferencia en los bailes, y cada uno le da su personalidad”.
Ahora, los 25 miembros de la Comparsa harán un parón hasta junio, “en el que iremos pensando qué novedades se pueden hacer el año que viene”, concluye Jaime.