estella-lizarra. El Izarra está a apenas 90 minutos de conseguir un nuevo ascenso a Segunda B. Tras superar las dos primeras rondas ante el Novelda y la Gimnástica, su último rival es el Numancia B. El resultado del domingo en Merkatondoa es favorable (1-0), pero mañana tocará seguro sufrir en Soria (18.00 horas)..
El resultado de la ida (1-0) en principio parece bueno.
Es bueno porque ganas y no encajas goles, pero se nos queda corto después de cómo se dio el partido. Tuvimos más ocasiones, ellos no llegaron ni una vez... Pero la ventaja es buena para afrontar de la mejora manera la vuelta. Al no recibir gol ya no les das opción del valor doble de los goles y, además, nos sirven dos de los tres posibles resultados: empatar y ganar. Y, aunque nos ganen, igual tampoco les vale.
¿Cómo va a salir el equipo en Soria, a defender la ventaja, a intentar marcar para complicarles más la vida?
Saldremos igual que en Torrelavega, a defender bien y a ganar, aunque allí al final perdimos en el descuento el único partido del play-off. Hay que salir a por ellos, a intentar marcar para que se les ponga más cuesta arriba todo. Hay que manejar esa experiencia que tenemos y no darles ninguna opción de venirse arriba.
¿Qué le pareció el rival, lo conocía?
A alguno lo conocía de Segunda División, pero poco más. Había visto y estudiado vídeos, y es un equipo que en casa se hace más fuerte. Tienen buen trato con el balón y jugadores importante en la línea de arriba. Es un equipo peligroso si no vigilas cuatro o cinco detalles.
Como filial, atesora mucha calidad.
Sí, aunque atrás peca un poco de la juventud de sus jugadores y de la poca experiencia que tienen en este tipo de situaciones, arriba es donde hay que tener más cuidado, donde tienen sus grandes bazas.
¿A qué cree que se debe esa transformación del Izarra, que en esta fase de ascenso está compitiendo mucho mejor que en la Liga?
No lo sé, fue cambiar un poco la dinámica que traíamos. Yo cogí al equipo cuando faltaba un mes para terminar la Liga y estaba un poco derrotista, cabizbajo, con la moral baja... Cambiamos esa dinámica y tiramos para arriba sabiendo que lo mejor estaba por llegar. Y aquí estamos, en una línea ascendente y haciendo buenos partidos, estando serios y ordenados y contando con el compromiso de todos los jugadores. Están demostrando cosas que no había podido demostrar antes o que no se supo explotar de ellos en la Liga. Ahora ven que el objetivo es posible y están poniendo toda la carne en el asador cada fin de semana.
Aunque también a nivel general, en lo personal está siendo una temporada muy extraña para usted.
Sí, atípica. Me había tocado alguna vez tener varios cambios de entrenador, pero no ponerme yo. En cualquier caso, hay que olvidarse del pasado y fijarnos solo en este último partido, que es lo único que vale.
Pero supongo que nunca se le pasó por la cabeza terminar de entrenador cuando fichó...
Si me lo dices al principio de temporada te llamo loco. Nunca lo pensé. Es verdad que al ir sacándome los niveles de entrenador pensaba que algún día llegaría el momento, pero no tan pronto. Fueron circunstancias que se dieron y, como siempre he dicho, soy jugador por y para el Izarra y estoy para lo que me pidan. Me lo pidieron, lo pensé y acepté pensando en lo mejor para el club.
¿Qué significaría el ascenso?
Sobre todo despejar esas dudas de la temporada, de equipo con potencial pero irregular en la Liga. En la Copa ya estuvimos a punto de alcanzar la gloria, de enfrentarnos en Estella a un gran equipo. Y creo que en el play-off esas dudas se están despejando. Nos estamos mereciendo conseguir el ascenso, hemos sufrido mucho y estamos luchando contra viento y marea. Ahora estamos en una situación privilegiada para lograrlo.
Ya se han llenado tres autobuses de aficionados y van a por el cuarto. Van a tener mucho apoyo en Soria.
En Alicante ya estuvieron familiares de los jugadores que tenemos de Almería, en Torrelavega hubo más de 100 personas y ahora calculan unos 200 para Soria. Es muy importante el apoyo de la afición, sobre todo fuera de casa para que nos dé fuerza en los momentos difíciles.