Durante todo el pasado fin de semana, los irrintzis sonaron con fuerza en el pueblo de Hiriberri (Villanueva de Aezkoa) con motivo de la celebración de la 39 edición del Aezkoako eguna, que este año giró en torno a la caza de brujas en el valle en los tiempos de la Inquisición.

Desde el viernes, la charla de la historiadora Amaia Nausia ya atrajo a varios curiosos que comprobaron la huella que la brujería dejó en el Pirineo en el siglo XVI. Más tarde, hubo una bertso-afaria en el Bar Berrendi con los bertsolaris Aimar Karrika y Eneko Fernández.

El sábado, las casas de Hiriberri abrieron de par en par sus puertas para albergar exposiciones con la más variada temática: cuadros de la artista local Mariví Burusko, antiguas escrituras sobre sentencias entre Hiriberri y las Abaurreas, plantas medicinales recogidas por Joan Torné, aperos del campo y tejados de tablilla, fotografías de los años 75-90 y, por último, una exposición sobre la cada vez más preocupante situación demográfica del valle, con datos y estadísticas de su evolución.

La tarde se completó con actividades para todos los gustos, desde paseo en BTT y muestra de ganado hasta concierto en la iglesia con la coral Orreaga y birikada amenizada por Edor Zubeldia. Sin embargo, lo más espectacular fue la sorpresa que tenían preparados los y las vecinas de Hiriberri. Bajo una intensa lluvia, varias sorginak se reunieron alrededor de una hoguera para danzar mientras otras cocinaron pócimas y caldicos. Pero su diversión acabó con la llegada de los inquisidores, que se llevaron a una de las brujas al calabozo de casa Arrese.

QUEMAda EN LA HOGUERA A pesar de la amenaza de lluvia, el domingo, el día grande, el tiempo se portó con los aezkoanos y fueron numerosas personas de los pueblos vecinos, así como autoridades de otros valles y la consejera de Desarrollo Rural, Isabel Elizalde, quienes se acercaron a disfrutar de esta tradicional cita.

Las calles empedradas de este pueblo de cuento fueron testigo de las ganas de fiesta y buen ambiente gracias a los gaiteros, txistularis, acordeonistas y la txaranga Ezk. Mientras, los asistentes pudieron pasear por una veintena de puestos y degustar quesos, hamburguesas, talos, garrapiñadas y caldico.

En uno de los hórreos tan característicos del valle, las aezkoanas Maite Encaje, Eli Burusko, Irati Bermejo, Miriam Burusko y Marta Ansorena dibujaron una preciosa estampa tejiendo como las hilanderas de antaño. Asimismo, también hubo una muestra de ganado, en la que se reunieron un centenar de cabezas de ganado caballar, vacuno y ovino.

Dispuestos en kalejira, cinco de los nueve gigantes de Aezkoa pasearon por las calles seguidos de autoridades del valle y los dantzaris txikis, que exhibieron sus mejores bailes.

A las 13.00 horas, tras una actuación musical de Pello Zabalza y Gerard Ihidoi, se desarrolló el acto central. Los miembros de la asociación cultural de Aezkoa encargada de organizar el Aezkoako, Nere Ubau y Patxi Encaje, destacaron la importancia de las nuevas tecnologías para que “sigamos ubicándonos en el mundo y pervivamos como pueblo”. En ese sentido, quisieron reconocer a los grupos que trabajan en la zona por la transmisión de la cultura, y para ello Garazi Iribarren, del euskaltegi AEK del Pirineo; Ion Retegi, en representación de Zerika Taldea, y varios txikis que pertenecen al grupo de dantzas fueron convocados a firmar en el Libro de Honor.

Tras el acto, llegó el momento más esperado, en el que los vecinos de Hiriberri sorprendieron con una representación real de un proceso inquisitorial. Así, la bruja Joxepa Ainzia Arrese, más conocida como Arrepagorri, interpretada por Silvia Martín, fue condenada a morir en la hoguera por los inquisidores, entre los que se encontraban el pregonero Ángel Mari Antxo y el dominico Alberto Gómez. Entre gritos e irrintzis, la bruja fue quemada ante la mirada embelesada del público.

La jornada terminó con una comida que reunió a 500 personas, teatro, actuación de dantzas y, bailables hasta la madrugada. Un día de hermandad que no hubiera sido igual sin la implicación de los vecinos de Hiriberri, que a su vez quisieron agradecer el trabajo a la asociación cultural. El año que viene les tocará a los vecinos de Garaioa continuar con esta fiesta que, sin duda, cada año va superándose y convirtiéndose en una de las citas más importantes del Pirineo.