Pamplona - Finales de 2022: es el plazo tope que maneja la MCP para cumplir el convenio con Aranguren y no verter en Góngora (en concreto, el 1 de enero de 2023). La cuarta fase de la Ciudad del Transporte (entre Oriz y Guerendiain), terrenos propiedad del Gobierno, son la ubicación preferente según el estudio técnico que dio a conocer ayer la MCP. Y con ese horizonte de tres años se plantea tramitar, proyectar y poner en marcha la nueva planta de residuos que recuperará la práctica totalidad de los residuos de la Comarca y zona norte de Navarra. Todo lo que se lleva ahora al vertedero (contenedor verde de resto), envases y materia orgánica irá a la nueva planta : una o varias naves cerradas, un modelo tipo “fábrica”, donde los camiones entrarán, vaciarán, se tratará la materia, y “saldrán” sin originar “olores, ruidos y molestias”. Además, se instalará una planta de clasificación de envases en sustitución de la existente en Góngora.

Como indicó Aritz Ayesa, una vez se “determine” la ubicación definitiva, el siguiente paso será que los órganos de gobierno de la MCP validen definitivamente el planteamiento técnico trabajado hasta la fecha. Una vez aprobado, se podrían abordar la redacción del proyecto y la ejecución de la obra. El aval a la Ciudad del Transporte corresponderá por tanto al órgano de gobierno, presumiblemente la próxima Permanente de mayo. Los siete emplazamientos, pertenecientes a cuatro municipios, son los siguientes por orden de puntuación: Ciudad del Transporte (4ª fase) Noáin-Valle de Elorz; Beriáin 1 (AR-3 PGM); Ciudad del Transporte (3ª fase) Noáin-Valle de Elorz; Beriáin 2 (SUN-1 PGM); Gazólaz 2 (P10, P11, P12, y P13 del Sector de Actividades Económicas) Cendea de Cizur; Polígono Industrial Comarca 1 Agustinos Pamplona; y Gazólaz 1 (P2, P4, P5 , E1 y PV1 del Sector de Actividades Económicas) Cendea de Cizur. “Nos urge tener una ubicación y una planta. Es fruto de un análisis técnico y no me decanto por ninguna”, precisó Ayesa.

Desde la aprobación del Plan de Residuos de Navarra (2017-2027) de enero de 2017 se está trabajando en la creación de un “centro ambiental” de tratamiento para poder trabajar tanto la materia orgánica como la fracción resto, que sería implantada en suelo industrial de la Comarca, compatible con el entorno y que genere el mínimo impacto, subrayó. La Mancomunidad creó por su parte un grupo de residuos (formado por una parte política y otra técnica) que lleva trabajando durante dos años en tres líneas, separación en origen, recogida selectiva y tratamiento. A la hora de establecer el emplazamiento de la nueva instalación, Ayesa aclaró que se han estudiado 18 ubicaciones, de las cuales siete se han considerado más apropiadas. Añadió que ha habido una “comunicación” con el Gobierno foral sobre la disponibilidad de los terrenos, además de avanzar, dijo, hacia una mayor coordinación a través del nuevo ente que englobe a toda Navarra en materia de gestión de residuos. Destacó también que desde la MCP se ha comprometido a establecer “compensaciones para los pueblos que soporten este tipo de infraestructuras.

Para esta selección han sido valorados diversos criterios agrupados en cinco apartados: tramitación urbanística, características de la urbanización y servicios disponibles, distancias de operación y explotación, afecciones al medio ambiente y entorno y datos catastrales. El tratamiento será mecánico-biológico: los envases serán separados por sistemas mecánicos y la materia orgánica será estabilizada mediante tratamiento biológico que reduzca su degradabilidad. Finalmente, en el tratamiento de la fracción resto confluirán los dos anteriores: por una parte se separará mecánicamente la materia orgánica presente y al resto de los envases se les aplicará un procedimiento equivalente al descrito para los envases. Tendrá un mínimo 50.000 m2, si bien la superficie definitiva dependerá del emplazamiento. El grupo de residuos da relevancia al hecho de que la futura instalación sea flexible, con una cierta capacidad de reserva y permita la adaptación a mejoras tanto en el tratamiento como en el aumento previsto en la separación domiciliaria.

Sanción por verter. Ayesa hizo ayer referencia a la inspección realizada en 2015 por el Gobierno de Navarra en el vertedero de Góngora y que supuso a MCP una sanción de 30.000€ por verter residuos sin tratamiento previo. Además, queda pendiente conocer los resultados de la inspección de 2016 y 2017. En este sentido, destacó que con “la existencia de una nueva planta se hubiera evitado esta sanción, una solución que, por otra parte, está pendiente de acometer desde hace años”.

Tratamiento de materia orgánica. Desde el 2 de mayo, y durante los próximos meses, la materia orgánica será tratada en Ecofert Sánsoain S.L. (Artajona) hasta la finalización del nuevo proceso de adjudicación ya puesto en marcha. Será una solución “temporal” ante la negativa del Consejo de SCPSA de prorrogar el contrato a la empresa de Caparroso.