- Casi un centenar de niños y niñas saharauis no pasarán el verano en Navarra como tenían previsto, después de que se haya suspendido el programa Vacaciones en Paz como consecuencia de la crisis del coronavirus.

En concreto, un total de 98 menores iban a viajar desde el campamento de refugiados de Tindouf a Navarra para pasar dos meses con sus familias de acogidas pero que ante el la situación de estado de alarma y el riesgo de que los niños puedan llevar el virus cuando vuelvan se decidió hace unas semanas suspender el viaje. Por otra parte, Chernobil Elkartea, asociación que cada verano trae menores ucranianos a Navarra y la CAV, sigue adelante con los preparativos de su programa de acogida, a la espera de que se confirme si finalmente podrán viajar o no, siempre que se pueda hacer con garantías.

En cualquier caso, las consecuencias de que estos niños y niñas no puedan pasar el verano con sus familias de acogida van más allá de no pasar unos meses de vacaciones. En el caso de los saharauis, el programa Vacaciones en Paz busca que los niños salgan de las duras condiciones del desierto en la época estival, con temperaturas que superan los 50º grados.

Carol García, de la Asociación Navarra Amigos del Sáhara (ANAS) -entidad encargada del programa-, alerta de la “dura” situación que está atravesando el pueblo saharaui y de la que sus pequeños no podrán escapar este verano. A las altas temperaturas se suma ahora la falta de alimentos, que si ya se había reducido considerablemente en los últimos años la crisis del coronavirus la ha reducido a mínimos. “Están pasando hambre y tampoco les llegan medicamentos, por lo que tienen a muchas personas enfermas”, relató Carol García, que añadió que hay personas con patologías crónicas que no están teniendo acceso a sus tratamientos.

Por si no fuera poco, tienen al virus llamando a sus puertas porque ya son varios los positivos que se han detectado en la ciudad de Tindouf, la población más cercana a los asentamientos saharauis, por lo que sus esfuerzos se centran en aislar los campamentos para evitar que se propague el virus entre una población con grandes carencias alimentarias y sanitarias.

Quienes todavía no saben si sus niños y niñas podrán venir este verano son las familias de acogida de Chernobil Elkartea, asociación con la que el año pasado viajaron a Navarra 18 menores de esta región ucraniana. Por el momento, siguen adelante con su programa en la CAV y la Comunidad Foral a la espera de que las autoridades confirmen si pueden realizar este viaje o no. “Estamos a la espera, miedo tenemos pero seguimos trabajando para que puedan venir”, explicó Lide Álvarez, de Chernobil Elkartea. Álvarez matizó que son conscientes de que “no pueden venir a toda costa”, solo “si hay garantías”, pero de ser así desde la asociación harán todo lo posible para que puedan venir.

“Se trata de un programa de salud para que los txikis puedan salir de una zona que está contaminada y después afrontan mucho mejor cualquier enfermedad o incluso el invierno que allí es duro”, relató. Asimismo, también es fundamental el viaje en el aspecto psicológico, ya que para los niños y niñas “supone un aliciente importante porque viven en condiciones muy precarias”. “Al final aquí en verano disfrutan de todo lo que no tienen allí y siempre están con la ilusión de poder venir y pasar un verano como cualquier otro niño, expuso Álvarez.

Vacaciones en Paz. El programa Vacaciones en Paz tiene como objetivo que niños y niñas saharauis de entre 10 y 13 años pasen el verano con familias de acogida de todo el Estado y salgan del desierto en una de las épocas más duras del año.

Chernobil Elkartea. El programa de acogida de Chernobil Elkartea es, sobre todo, un proyecto de salud, que busca que los menores ucranianos puedan salir de la zona contaminada durante el verano.