n los últimos años, los distintos equipos municipales han diseñado y ejecutado, con más o menos éxito, nuevos carriles bici en Pamplona: el corredor sostenible de Pío XII, el que transcurre por Yanguas y Miranda y por las avenidas del Ejército y Bayona, el eje ciclable de Doctor Juaristi en San Jorge o el de María Auxiliadora en la Txantrea. Estas actuaciones han creado una ciudad un poco más accesible para aquellos ciudadanos que deciden moverse en bicicleta por Iruña. Pero ¿qué pasa con los anteriores carriles bici? ¿cuál es su situación actual?

La mayoría de ellos se inauguraron allá por 2008, cuando Yolanda Barcina era alcaldesa, y 12 años después estas vías ciclistas se encuentran en “un estado de abandono”, asegura Xabier Aquerreta, policía municipal experto en movilidad ciclista, porque “muchos no tienen los elementos segregadores y, por lo tanto, los automóviles invaden sus trazadas o estacionan incorrectamente como en la calle Abejeras o Miluce”. Xabier añade que ocurre lo mismo con las denominadas aceras bici: “La pintura ha desaparecido y en lugares como Fuente del Hierro, avenida de Barañáin o de Navarra es complicado saber por dónde hay que ir. Además, muchas son resbaladizas, con gravilla y socavones”.

Dos ciclistas circulan por el carril bici de Abejeras. Foto: OSKAR MONTERO

La principal consecuencia del “estado deplorable” de los carriles/aceras bici es que se han generado múltiples lugares peligrosos. En concreto, Xabier localizó 101 puntos y con todos ellos hizo un mapa que actualiza constantemente. Además, emplea un código de colores para clasificar los puntos según su nivel de peligro: el amarillo indica riesgo medio, el rojo alto y el negro muy alto. Xabier encontró 31 puntos de color negro, riesgo muy alto, y de esos 31, a continuación, detallamos los más peligrosos.

Avenida de Barañáin

Riesgo extremo de atropello

El primer punto es el cruce en la rotonda de la avenida de Barañáin con la calle Miluce. “Es un carril bici abandonado que ha perdido los elementos delimitadores y de protección que han sido arrancados por el paso de los vehículos”, explica Xabier. Para más inri, los ciclistas que van de Barañáin a Pamplona lo hacen en sentido contrario y con los coches viniendo de frente: “Al no haber barreras físicas, puede haber un atropello por invasión de carril”. También apunta que es una rotonda de gran diámetro y con comercios de interés, como el Carrefour, lo que provoca que haya coches “mal estacionados y pegados al carril bici”. El policía municipal asegura que esta situación es muy peligrosa porque “el conductor puede abrir la puerta y golpear al ciclista”. En algunos casos el incidente puede ser mortal, como pasó el 25 de febrero de 2011 en el carril bici de la calle Julián Gayarre.

El anterior equipo municipal reemplazó los delimitadores plásticos que se habían levantado con el paso del tiempo, algo que Xabier no compartió: “Solicitamos delimitadores de hormigón o vallas metálicas blancas, que impiden que los coches mal estacionados abran las puertas y ocupen el espacio del carril bici”.

Pío XII

Peligro con las villavesas

Según el especialista en movilidad, el corredor sostenible de Pío XII tiene dos puntos negros: en el cruce con la avenida del Ejército y con la calle Vuelta del Castillo. “La ausencia de segregadores hace que los automóviles al girar de Pío XII a la avenida del Ejército invadan el estrecho carril bici”, lamenta. La situación se agrava cuando hay ciclistas parados porque “su semáforo está en rojo mientras que el giro de coches a la derecha, hacia Ejército, está en verde”, se queja. Xabier apunta que los peores casos se dan con las villavesas: “Me han llegado mensajes de gente que ha estado a punto de ser atropellada”.

Beloso y Labrit

Muchos obstáculos

Muchos ciclistas utilizan la cuesta de Labrit para subir al Casco Viejo. El actual carril bici consiste únicamente en unas líneas blancas discontinuas pintadas en una acera estrecha, en algunos puntos tiene 1,70 metros de anchura, y con gran trajín de peatones. Los conflictos entre peatón y ciclista son constantes. En principio, el concejal delegado de Proyectos Estratégicos, Movilidad y Sosteniblidad, Fermín Alonso, anunció que los trabajos del corredor del Labrit comenzarían una vez se terminara el de la Avenida Bayona, lo que sucedió la semana pasada.

La cuesta de Beloso presenta la misma problemática, asegura Xabier. Además, hay que añadirle “la pendiente y los muchos obstáculos”.

Calle Padre Adoáin

“Es un arcén”

Este punto negro se encuentra en la muga de la Txantrea y Ansoáin, justo antes de la rotonda de la avenida de Villava. La aproximación al paso ciclista se hace por un carril bici “diseñado en un lugar de anchura insuficiente” que es “constantemente” invadido por los vehículos que vienen en sentido contrario porque el vial “no cuenta con elementos delimitadores de protección. No es más que un arcén”. Además, añade que los vehículos que vienen de frente lo hacen tras una rotonda y una curva a derechas, “elementos que restan visibilidad”.

Calle Monjardín

Junto a una curva

Hay varios pasos ciclistas “muy peligrosos y sin ninguna protección” en la rotonda contigua a la comisaría de la Policía Foral. Xabier señala que “los coches entran a una alta velocidad” y que es una rotonda de doble carril, con todos los riesgos que conlleva: “Si un coche cede el paso a un ciclista, dificulta la visibilidad del vehículo que viene por el otro carril y puede atropellarlo”.

Según él, de los cuatro pasos ciclistas que hay en la zona, el más peligroso es el “más cercano a la gasolinera”, el del inicio de la calle Monjardín, “por estar junto a una curva que dificulta la visión del ciclista hasta que estás justo encima de él”, relata.

Abejeras y Fuente del Hierro

Diseño deficiente

En buena parte de la calle Abejeras los elementos segregadores están “totalmente desaparecidos”. Además, es un carril bici de “diseño deficiente” porque no tiene los 80 centímetros de separación con los estacionamientos de vehículos en línea: “Las puertas abiertas invaden el carril y te la puedes comer”, zanja. También hay zonas de carga y descarga paralelas al eje ciclista que hacen que haya repartidores y mercancías sobre él.

En Iturrama también está la acera bici de Fuente del Hierro. “La señalización horizontal está completamente borrada por lo que no se distingue la acera del carril bici, ni los sentidos del carril”, expresa. Además, el pavimento es “cemento pulido, altamente resbaladizo cuando llueve” y situado en una zona con pendiente. Por lo tanto, el riesgo de caída es alto en esa zona.