Tudela reconoce el valor de Abdelhak, que se lanzó al Ebro para salvar a un niño

El Ayuntamiento de Tudela ha realizado un acto de reconocimiento al valor de Abdelhak El Haimoudi Mbarek que se lanzó el pasado martes al río Ebro para salvar la vida de un niño que se había caído al agua. El Haimoundi ha estado acompañado por su esposa Samira Ankour.

Este tudelano, de origen marroquí, no dudó, pese a la bajas temperaturas, en tirarse en el embarcadero cerca del paseo del Prado de Tudela por donde se encontraba paseando. Su antiguo trabajo como pesacador durante varios años en su Marruecos natal le dio la seguridad para recorrer los 20 metros que le separaban del pequeño, que se resbaló en el pantalán cuando jugaba con una botella. En la acción se realizó un pequeño corte en la rodilla al golpearse "con una rama o algo que había en el fondo y que no ví", relató.

En el acto, el alcalde, Alejandro Toquero, señaló para agradecerle su acción "como ciudadano de Tudela, como alcalde pero sobre todo como padre. Gracias en nombre de la ciudad". En este sentido quiso reconocer "la humanidad y el coraje que has demostrado. Lo que hiciste el martes quedará para siempre en los corazones de unos padres a los que devolviste lo máss preciado.

Y también quedará para siempre en el corazón de una ciudad entera". Además añadió que "aunque hoy podíamos estar lamentándonos de una catástrofe y estar de luto, hoy estamos celebrando un acto propio de un buen hombre que prestó el auxilio en lo más difícil: en las heladas aguas que en diciembre lleva el Ebro con toda su fuerza. La misma fuerza que tienen los actos que surgen del impulso de ayudar a los demás. Son los actos del corazón".

Abdelhak El Haimoudi Mbarek, de 39 años, lleva 14 años viviendo en Tudela, donde reside en el barrio de la Virgen de la Cabeza. Ha trabajado varios años en una empresa de asfaltos y también en el campo, aunque actualmente se encuentra en el paro. Ha relatado cómo escuchó un grito "pidiendo ayuda por favor", por lo que se acercó hasta el lugar y no dudó en lanzarse aunque había otro joven de 30 años que miraba atónito el suceso sin actuar. "no pensé en el miedo ni en nada, solo salté a por el niño".