Orísoain se abre como un hachazo en lo alto de la Valdorba, se acumulan las casas de piedra y, como en el común de los pueblos del valle, el recuerdo del románico navarro se hace notar, aquí, con su iglesia en honor a San Martín de Tours. A los pies del monumento histórico, en uno de los puntos más altos del municipio, se puede escuchar a las cuadrillas, en batida, gritando por el monte que les rodea, pues "en un pueblo la gestión de la fauna es muy importante, de otra manera tendríamos a los jabalíes aquí comiendo". A 20 minutos de la comarca de Pamplona se sitúa Orísoain, el pueblo con menos habitantes de la Zona Media, que con solo 79 personas censadas, recoge las preocupaciones, problemas y posibles soluciones de la despoblación en la comarca.

Orísoain mira desde lejos al resto de poblaciones del territorio, pues por detrás de ella se sitúa Unzué, que le dobla con 154 habitantes, y le sigue Ujué con 175. La comarca, según los datos del Instituto de Estadística de Navarra, tiene una población total de 26.174 personas, siendo Tafalla la líder, pues acoge al 40,5% de la población.

Un informe actualizado del Consorcio de Desarrollo de la Zona Media, esgrime que los pueblos con mayor riesgo de despoblación, por densidad, son Leoz (224 habitantes), Olóriz (204), San Martín de Unx (389), Ujué (175), Unzué (154), Beire (287), Murillo el Cuende (673), Orísoain (79) y Pitillas (502).

En este sentido, cabe destacar que estos pueblos arrastran una tendencia general de crecimiento lento e incluso de descenso de la población desde los años 80. Desde el Consorcio de Desarrollo destacan que, aunque el envejecimiento general no es tan preocupante como en otras comarcas, sí hay un "elevado envejecimiento, fundamentalmente en los pueblos pequeños".

Subsistir y resistir "Vivir en un entorno rural es estar en una situación de desigualdad", reflexiona Alex Duró Cazorla, alcalde de Orísoain desde hace 9 años. Él llegó a la localidad navarra con 23 años, cuando se trasladó desde Tárrega, una ciudad de 16.670 habitantes en Lleida, motivado por los proyectos laborales de su pareja. "De pequeño vivía en una ciudad rodeada de pueblos más pequeños y cuando llegué a Navarra busqué algo similar a aquel recuerdo de infancia que tenía sobre el entorno más rural", reflexiona Duró. Aunque la calidad es mejor, reconoce que vivir en un pueblo "es complejo". Para Duró la rutina en Orísoain pasa por reconocer las dos vertientes de ese modo de vida, la positiva y la negativa, y saber qué es lo que le gusta a cada uno para poder elegirlo. "Ser alcalde de un lugar de 79 habitantes es gestionarlo todo para que literalmente el pueblo subsista", refiere Duró, que está al mando de un Ayuntamiento con un presupuesto total de solo 75.000 euros.

La falta de población lleva consigo una menor capacidad económica y unas necesidades para el pueblo que llegan con los años, pues como ejemplifica Duró ahora mismo no tienen capacidad para renovar las redes de saneamiento y abastecimiento de agua, que ya suman casi medio siglo. "Es algo que el Gobierno de Navarra financia pero que hace quizás al 70 u 80 por ciento, y nosotros no podemos hacer frente al restante y a los demás gastos del pueblo", esgrime y considera que "no se puede tratar de igual manera a los lugares de menos de 100 habitantes que a los de 5.000".

"Servicios necesitamos muchísimos, evidentemente, pero el gran problema es cómo se van a financiar", ahonda Duró y apunta a que la solución "es la fiscalidad diferenciada". "Vivir en un entorno rural es estar en una situación de desigualdad, por eso hay que equilibrar la balanza de alguna manera y el tema de la fiscalidad es clave para frenar la despoblación", comenta.

El motor económico del pueblo es el sector primario, que en la actualidad mantiene a tres unidades familiares, y que se complementa con la pequeña explotación turística que hay en Orísoain. No hay infraestructuras, no hay recursos propios de propiedad municipal, "el único dinero que entra al Ayuntamiento es el que se saca de los impuestos". Duró revela que en ese sentido "tienen las manos atadas". Sin embargo, en los municipios colindantes, Garínoain y Barásoain, que funcionan como su núcleo referencia para el suministro de servicios, sí hay producción industrial, un sector local "que habría que explotar más". "Lo importante aquí no es generar industria sino crear un tejido industrial sólido en la Valdorba, esa será una forma de atraer a familias y conseguir que se queden a vivir en nuestros pueblos", argumenta.

turismo como antídoto "Para poder vivir y trabajar en el pueblo hay muy pocas opciones", incide Jesús Pérez de Ciriza, propietario del Palacio de Orísoain, uno de los dos alojamientos rurales que hay en el pueblo. La primera vez que Jesús, natural de Artajona, puso un pie en el Palacio de Orísoain el edificio guardaba su historia como un antiguo Cabo de Armería pero despuntaba también la necesidad de rehabilitarlo y cuidarlo con mimo. Así fue. En el año 1997, cuando se trasladó al pueblo, lo hizo con la idea de encontrar adecuar un espacio para vivir con su familia pero el tiempo cambió sus intenciones iniciales y el espacio también se convirtió en trabajo y "una forma de potenciar negocios locales". El relevo generacional, reconoce, es complicado e indica que gran parte de la solución para que los pueblos no se abandonen pasa por establecer unas buenas comunicaciones "en todos los ámbitos".

"Hay dos cosas básicas, la comunicación por carretera y la conexión digital", alude Pérez de Ciriza, y concreta que más aún ahora que la opción del teletrabajo corre con ventaja en muchos entornos laborales. "Si la gente tuviera comunicaciones como las tienen en la ciudad, el entorno rural de Navarra no sería de los más afectados, pues somos una comunidad pequeña y la distancia con las ciudades principales no es grande", resume, y añade que por ahora "el suministro de transporte público debería cambiar y ser más rápido y con mayor frecuencia".

"Vivir en un entorno rural es estar en desigualdad"

Alcalde de Orísoain

"Si hubiera buena comunicación con la ciudad, vendría más gente"

Dueño del Palacio de Orisoain