- La plaza de San Francisco asistía a su enésima operación de cirugía estética. Este espacio había surgido tras el derribo del convento homónimo y de la antigua cárcel, y tras su apertura se había convertido en la segunda plaza más grande de la ciudad, solo por detrás de la mismísima plaza del Castillo. En el año 1910, la escultura conocida como Mariblanca fue instalada en este lugar, desplazada de su antiguo emplazamiento en la plaza del Castillo, y según informa J.J. Arazuri, en el momento de obtener la imagen se estaba procediendo a suprimir unos jardincillos que le habían colocado alrededor.

La foto muestra a dos trabajadores en plena faena, y a unos cuantos curiosos, sobre todo mocetes, que se han acercado a seguir con interés las operaciones. Mientras, desde lo alto, Mariblanca, con su angelote y su cornucopia, parece observar con mirada displicente la labor de los operarios...

- Lo más llamativo del paisaje urbano de 1920 es, sin duda alguna, la desaparición de la Mariblanca. La escultura había sido diseñada por el mismísimo Luis Paret en 1788, como representación de la Beneficencia, y fue concebida como ornamento para la principal fuente pública de la ciudad, situada en el centro de la plaza del Castillo. Como se ha dicho, la escultura fue trasladada en 1910 a la plaza de San Francisco, y desde allí a la Taconera, donde hace años que permanece un tanto olvidada y arrinconada.

Hacia el fondo podemos ver el hermoso edificio de "La Agrícola", construido en 1913 por el arquitecto donostiarra Francisco Urcola, y que durante tantos años fue Biblioteca General de Navarra. Hacia la derecha, por último, adivinamos la embocadura de la plazuela del Consejo, así llamada porque ante ella, durante siglos, estuvo ubicado el desaparecido edificio del Consejo Real de Navarra.