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La Pastelería García de Lodosa y su pan de piquillo

La Pastelería García de Lodosa y su pan de piquillo

ocas personas, por no decir ninguna, habrá en Lodosa y sus alrededores que hayan pasado por delante del escaparate de la Panadería Pastelería García y no hayan quedado prendados por su aroma; y es que ese olor a pan recién hecho, a magdalenas y a napolitanas a nadie deja indiferente. Sin embargo, estos días hay algo diferente en el ambiente que le aporta un toque distinto a este establecimiento: su pan de piquillo, un producto que este sábado en el Paseo hará las delicias de todos.

Javier García, al frente del negocio en la actualidad junto a sus hermanos, explica que fue con motivo de la primera edición de la Exaltación del Pimiento del Piquillo que organizaron en Lodosa cuando comenzaron con esta aventura. El Ayuntamiento, cuenta, pidió la colaboración de los negocios para ese día y ellos, remarca, montaron un stand en el que ofrecieron sus tradicionales pastas e innovaron con pan de piquillo para tratar de potenciar, en la medida de sus posibilidades, este preciado oro rojo. “Fuimos probando masas y, a base de prueba y error, dimos con la fórmula definitiva”.

En los años posteriores apostaron por dejar el dulce en la tienda y se centraron de lleno en el pimiento; comenzaron a elaborar tartaletas y pizzas para terminar haciendo también panes de hamburguesa, petisús rellenos de crema de pimiento o canutillos con bechamel, entre otros productos. “Al final le das la vuelta a todo”, apunta García. “La verdad es que desde el primer momento a la gente le gustó y, de hecho, hoy en día siguen repitiendo. Incluso se ha corrido la voz y son muchas las personas de fuera que llaman interesándose por este pan”.

los preparativos Esta semana ha empezado la puesta a punto del pan para que esté listo el sábado (el resto de manjares tienen que hacerse en el momento). Primero, cuenta Javier, fusiona la masa madre de piquillo con la masa original, las amasa y va introduciendo poco a poco los pimientos que compran a las conserveras de Lodosa (y que previamente tienen que acabar de limpiar y triturar). Después esa masa reposa en cubetas de plástico durante unas cuatro horas, las divide y coloca en tablas de maderas durante otra hora. García le da la forma a las barras y las deja fermentar unos 45 minutos. Por último, el pan va al horno durante unos 45 minutos a unos 28º grados. “Es un proceso más largo que otros panes como es el caso del hueco. Se asemeja más al rústico o tradicional porque las esperas son más largas”.

El día de autos que será este sábado “es una locura”; unas 10 ó 12 personas echan una mano para que todo salga a la perfección y para que los vecinos y visitantes puedan degustar los diferentes productos. “Lo cierto es que la gente viene encantada, es algo que ha calado y gustado mucho”.

Tanto es así que, a pesar del esfuerzo extra que supone, y de los innumerables viajes que hacen de la nave al Paseo, “seguiremos saliendo porque es algo diferente y con lo que potenciamos también este producto tan nuestro”.

Además, cree Javier que la situación sanitaria no afectará de forma negativa y que la gente saldrá este fin de semana; “estamos con ganas y a deseo de hacer cosas”.

Los que quieran degustar esta selección de productos tendrán que hacerlo durante la campaña del pimiento, que es cuando está el producto fresco, porque después paran hasta el año siguiente. En la tienda, situada en la calle Centro Parroquial 2 con Avenida de Navarra seguirán vendiendo durante estos fines de semana pan, pizza y tartaletas. “Esto es un extra; empezamos por colaborar, por hacer algo diferente y porque te supone un reto y te gusta. Es también una satisfacción porque hay mucha gente que los fines de semana se llevan productos para cenar con las cuadrillas porque creen que es algo que marca la diferencia, distinto y de una gran calidad”.

Para los que no se les ocurra cómo combinar este pan (más allá de que está excelente por sí solo) pueden hacerlo con una tortilla francesa, con unos huevos fritos o con jamón, entre otros. Eso sí, ríe García, “el año que toca un pimiento que pica, pica todo”.

Es cierto que hace décadas este negocio empezó como una panadería pero, si algo le ha dado fama, es su pastelería y, por encima de todo, su hojaldre. “Creo que ahí reside nuestro éxito”, cuenta Javier, que reconoce que las cosas han cambiado mucho en los últimos años. Y es que, recuerda con cierta nostalgia cuando “el obrador estaba en la tienda vieja y cualquiera podía asomar la cabeza y ver cómo se hacían las cosas”.

Las palmeras de chocolate, las de coco, las pastas de café, los lacitos o las tartas se han hecho un hueco entre los paladares de los vecinos de Lodosa y de la zona, puesto que reparten en los municipios de alrededor. Además, en Navidad elaboran muchos productos propios como polvorones o turrones que ya han traspasado las fronteras, y todo ello sin olvidar el pan del día a día.

“Probamos masas hasta dar con la idónea; es diferente y de una gran calidad”

Pastelero y panadero de Lodosa