- "La chica puede salir del barrio pero el barrio no puede salir de la chica", esta frase del final de la película Chavalas, que se presentó ayer en el Festival Ópera Prima de Tudela, resume perfectamente la historia que cuenta el largometraje, cuyo guión ha sido realizado por Marina Rodríguez Colás, hermana de la directora del film Carol Rodríguez Colás. Basada en sus propias experiencias y en su relación con su Cornellá natal, sin ser del todo autobiográfica, Marina Rodríguez explicó ayer en Tudela que esa frase clave en el argumento "se puede utilizar con amor y también para burla. Tiene esa doble cara. Es clave y quería que estuviera en el guión y de, forma natural, acabó en el final. "Hay cosas nuestras como la relación con las amigas, las conversaciones, tiene mucho de mis padres (andaluz y manchega) que cuando vuelves tu madre te trata como una adolescente y el padre bien intencionado y cuidador. En la protagonista hay algo de autoodio de clase porque no has aprendido a valorar algunas cosas pero es lo que tienes que abrazar para crecer", explicó la guionista.
Premiada por el público en el Festival de Málaga, Chavalas narra la obligada vuelta a casa de Marta (Vicky Luengo) que después de un despido retorna a su Cornellá natal un lugar que le avergüenza y que se queda pequeño para sus aspiraciones personales y profesionales. Allí se reencontrará con sus amigas de la infancia que le despiertan y le hacen darse cuenta del valor de ser de barrio. Siendo ellas mismas de Cornellá tuvieron mucho cuidado en cómo la retrataban "no queríamos estigmatizarlo, ni edulcorarlo, ni caricaturizarlo. Se nota el amor pero había un poco de miedo. Los extras son del barrio y al final hicimos un estreno allí y gustó mucho".
Otro de los elementos claves es la relación de amistad entre las cuatro protagonistas Vicky Luengo, Carolina Yuste, Elisabet Casanovas y Ángela Cervantes, cuatro actrices que supieron conectar y cuyos trabajos ya les habían hecho a las hermanas Rodríguez Colás fijarse en ellas, especialmente en Luengo "tuvimos que esperar que terminara Antidisturbios". Para trenzar lazos, las cuatro crearon un grupo de watsap e incluso realizaron un viaje juntas, "sabían que era básico en la película la relación entre ellas. Las cuatro son muy listas, sensibles y tienen valores parecidos; había química y el mismo sentido del humor. Crearon esa complicidad". Uno de los pilares es esa amistad femenina, "el trabajo de madurez que hacen las amigas al perdonarla le hace cambiar. Ver a la gente que te perdone tus grandes cagadas te hace cambiar. Una relación entre mujeres es poner el dedo en la llaga constantemente, ver las cosas que no te gustan, decírselas a la cara por su beneficio y perdonarle, todos tenemos cosas que arreglar y mejorar".
También uno de los pilares del largometraje es el papel básico de los hombres, donde son poco más que unas figuras que dan pie a los diálogos, pero que no generan acciones. "Teníamos muy claro eso desde el principio. Esta película ha sido un proceso lento y con cambios, pero una de sus fortalezas era no introducir personajes masculinos. No había rechazo al rol masculino, pero si conciencia de que la relación de ellas se basara en la amistad. En muchas películas las mujeres son artefactos para que se active la trama, aquí los hombres no son determinantes para nada".
"Una de las fortalezas de la película era no introducir personajes masculinos, aquí los hombres no son determinantes"
"En la protagonista hay algo de autoodio de clase, no ha aprendido a valorar algunas cosas que tiene que valorar para crecer"
"Una relación de amistad entre mujeres es poner el dedo en la llaga constantemente, decir las cosas que no gustan por el beneficio"