El Plan de Acción por el Clima y la Energía Sostenible Tudela 2030 (PACES) recomienda que se acometan una serie de “proyectos estratégicos” que el equipo de Toquero ha descartado y ya fueron propuestos y puestos en marcha por el tripartito (I-E, PSN y Tudela Puede) en la anterior legislatura, que reducirán emisiones a la atmósfera y harán la ciudad más sostenible. Dos de ellos son la recuperación de solares abandonados y la puesta en valor del cerro de Santa Bárbara como eje revitalizador del Casco Antiguo. Este último aspecto ha sido siempre descartado por el alcalde, Alejandro Toquero, que dijo que no era un “proyecto prioritario” para su equipo de gobierno.

El PACES era uno de los elementos que debía acometer el Ayuntamiento de Tudela al haberse unido el 2 de abril de 2019 con el objetivo de “mejorar la sostenibilidad de la ciudad, asumiendo el compromiso de reducir las emisiones de CO2 en un 40% antes de 2030, mejorar la eficiencia energética y desarrollar medidas para adaptarse a las consecuencias del cambio climático”.

Para su elaboración pagó 18.000 euros a la empresa Eptisa Servicios de Ingeniería que realizó un “Inventario de Emisiones de Referencia (IER) y una Evaluación de Riesgos y oportunidades. Con este paso se inicia un largo proceso de monitorización donde Tudela deberá informar cada dos años de los avances realizados mediante un informe de seguimiento”. La concejala de Medio Ambiente, Verónica Gormedino, señaló que no era “otro plan para que se quede en un cajón, es un documento vivo”, pero fue aprobado en mayo de 2021 y aún no se ha presentado ni a la población ni a los medios.

En una primera fase se buscaba llevar a cabo un análisis de la situación de la ciudad (inventario de consumo y emisiones en varios sectores) así como de los riesgos para personas, propiedades y entorno. Además se contó con la participación de la ciudadanía y de diferentes colectivos.

Los proyectos

En el amplio informe se habla de “proyectos demostradores” como “un conjunto de proyectos estratégicos para la ciudad de Tudela que como consecuencia de su especial interés serán capaces de cambiar mentalidades e impulsar transformaciones”. Definen estos proyectos como “actuaciones que por su capacidad de integrar una gran cantidad de medidas son capaces de acelerar la implementación del PACES Tudela 2030, impulsar un desarrollo sostenible coherente y alcanzar un impacto más rápido y sostenido sobre aspectos clave”.

El primero de ellos es un “Plan de regeneración integrada del Casco Antiguo”. En el informe se señala que con el crecimiento de la ciudad el Casco Antiguo se ha deteriorado y despoblado, algo que “comienza a afectar a la cohesión social y al desarrollo económico de esta parte tan importante de la ciudad”. Por ello necesita acciones urbanas que permitan mejorar las condiciones de habitabilidad, favoreciendo la calidad de vida y atrayendo a nuevos vecinos. En este sentido sitúan la intervención “en todo el borde urbano” que conforman la calles Terraplén, Pontarrón, Caldereros y San Nicolás hasta Calle Mediavilla, y Paseo Castillo.

La intervención la centran en tres ejes “esponjamiento y renaturalización de su espacio urbano, rehabilitación de viviendas y mejorar el acceso a las energías renovables”. En el primero de los aspectos proponen la recuperación de traseras, antiguos huertos y solares vacíos “para incorporarlos a la red de espacios verdes del Casco Antiguo”. Para ello se propone recuperar el trazado del Mediavilla como paseo-parque de uso peatonal y trabajar en la renaturalización de los espacios urbanos existentes (Plaza San Salvador, Plaza Vieja, Plaza Ha Levi Yehuda, espacio urbano calle Pontarrón con calle Caldereros, Calle San Miguel) y su adecuación como islas climáticas.

En este sentido se apunta la necesidad de que se conecten los principales elementos naturales con los que ya cuenta Tudela (Cerro de Santa Barbara, Monte de Santa Quiteria, Torre Monreal, Río Queiles y Río Ebro), transformando las calles de Tudela en lugares de convivencia con la naturaleza. “Solares, cubiertas, azoteas o muros son elementos de proximidad susceptibles de transformarse en espacios de uso comunitario y de producción de actividades saludables. En Casco Antiguo y Barrio de Lourdes se apostará por la detección de espacios de oportunidad que puedan transformarse en espacios verdes de manera temporal o permanente mediante el aprovechamiento de solares vacíos”.

Hay que recordar que el tripartito puso en marcha un proyecto a principios de 2019, denominado Érase una vez... Un lugar. Las actuaciones, “blandas y fácilmente retirables”, se iban a acometer en tres solares de propiedad municipal y se encontraban en las calles San Julián, Magallón y Portal. El diseño, realizado con la participación de vecinos y diversos colectivos, duerme en un cajón desde entonces. y siguen siendo solares municipales abandonados. En el cercano a la Uned se hablaba de crear “una especie de anfiteatro, arbolado y lugares donde poder leer, debatir y trabajar de forma conjunta e incluso una pérgola o jardines colgantes para dar frescor y sombra”.

Por otra parte, se habla también de rehabilitación de viviendas “y su adaptación a los criterios del código técnico de la edificación que permitan garantizar confort térmico, eficiencia energética y accesibilidad para una población cada vez más envejecida y sus nuevos habitantes”, al tiempo que se defiende fomentar el autoconsumo y “luchar contra la pobreza energética. No tienen que estar reñidas con vivir en un espacio patrimonialmente protegido”.

Para ello se propone la creación de un “proyecto piloto de District Heating & Cooling en el Casco Antiguo apoyado por una central cercana que pueda emplear energía solar y biomasa procedente de los parques y montes forestales cercanos a Tudela”. Como punto de atracción ven necesario un “proyecto tractor capaz de acelerar las transformaciones, se elegirá un edificio público que por su ubicación, configuración arquitectónica o valor patrimonial tenga potencial de convertirse en un proyecto tractor que impulse la rehabilitación económica y social del área”. Se habla también de la conexión del Griseras con el Barrio de Lourdes y con el Monte de Santa Quiteria, Torre Monreal y Río Ebro a través de corredores verdes “a la espera de la construcción del nuevo parque previsto en Gardachales”.

Dentro de la recuperación paisajística y medioambiental se apunta la necesidad de “poner en valor” el Cerro de Santa Bárbara “su patrimonio cultural y hacerlo accesible a través de recorridos adaptados. Sería uno de los primeros objetivos”. Además defiende la “recuperación ambiental y paisajística de la Torre Monreal y Corazón de María, elemento fundamental como elemento vertebrador entre ambos barrios”.

El PACES dedica también mucho espacio a hablar de la recuperación del espacio del río Ebro, “mejorando la gestión del riesgo asociado a los desastres provocados por las inundaciones”. En el documento se apuesta por que ese plan pivote entorno a “recuperar el entorno del río que se encuentran fuertemente antropizado y degradado, favorecer la evolución natural del medio fluvial y apostar por un diseño que dé un tratamiento adecuado del cauce, para minimizar los efectos negativos de las inundaciones”.

Análisis

  • Debilidades de Tudela. El barrio de Lourdes y el Casco Antiguo concentran un 40% de los problemas de eficiencia energética, deterioro de vivienda y problemas de accesibilidad; Concentración de bolsas de población desfavorecida en Centro Histórico y Lourdes; Envejecimiento de la población; Ebro y Queiles no han sido integrados como corredores naturales verdes; Déficit de zonas verdes; Integrar los cabezos de Santa Quiteria y Torre Monreal; Se pierde un 20% de agua en la distribución; Vertidos descontrolados; Falta una visión transversal sobre el cambio climático; Poco contacto de la ciudadanía con el río y déficit de una zona verde interconectada; Baja dotación de zonas verdes y de superficies arboladas; Altos niveles de contaminación troposférica Plan de Acción para el Clima y la Energía Sostenible; Sin Plan de Movilidad.