La localidad ribera de Castejón ha decidido frenar la llegada de nuevos proyectos de placas solares o líneas eléctricas que lastran su futuro y ponen en serio peligro su existencia. Por este motivo recurrirán también los proyectos de infraestructuras como el TAV del que no solo dudan de su finalidad social sino que también creen que crearán una barrera en su término municipal. 

El Consistorio organizó una charla abierta para dar a conocer la situación actual ante la preocupación del equipo de gobierno, y en especial de su alcalde, David Álvarez. En sus poco más de 18 kilómetros cuadrados (y solo 8 kilómetros de longitud entre los extremos más alejados) albergan 235 apoyos de todo tipo de torres de alta tensión y en total casi 43,5 kilómetros de tendido eléctrico en su escaso comunal. “Es complicado seguir cada línea, existe una gran maraña en algunos lugares como en La Sarda. Me parece bastante fuerte para el tamaño que tiene Castejón” explicó Esperanza Ursúa, una bióloga que realizó para el Consistorio el Estudio sobre el estado actual de líneas eléctricas en el término Municipal de Castejón. 

Para Ursúa la oportunidad que el emplazamiento de Castejón supone de cara al desarrollo económico “conlleva asimismo unos riesgos, como es la saturación que se está observando actualmente. Disponer de un entorno que permita el desarrollo social y el bienestar de las personas de manera integral, atendiendo además de a los aspectos económicos a los relativos a salud y cultura, es un derecho de la población, y las administraciones deben velar por él”. 

La situación actual de Castejón en lo relativo a líneas eléctricas a juicio de esta bióloga “es ya de saturación, lo que se suma además a la acumulación de otras infraestructuras y a las alteraciones del paisaje derivadas de otras actuaciones económicas. Todo esto hace que el entorno de Castejón, que correspondería al entorno natural, no sea óptimo para ese disfrute citado. Además se prevén nuevas instalaciones, que deteriorarán todavía más el paisaje, lo que redundará una vez más en detrimento de la población”. 

Tomar medidas

En este contexto, es preciso tomar las medidas necesarias para frenar esa pérdida de calidad del patrimonio de las personas que habitan Castejón y, en la medida de lo posible, revertirla, para de este modo contribuir a garantizar su derecho a un entorno apropiado. “Es el momento de hacer una parada y ver qué queremos que domine en nuestro paisaje”, explicó el primer edil. 

Su lucha actual se centra en presentar alegaciones y tratar de detener dos proyectos de placas solares que se planean instalar en su término municipal Cierzo IV y La Nava, “Medio Ambiente sabe que no estamos a favor y hemos pedido que no los autoricen”, indicó al tiempo que puso en manos de los vecinos la posibilidad de realizar algún movimiento social para mostrar la oposición y preocupación de la localidad.

La situación ha llegado a tal extremo que si se autorizaran estos dos proyectos se quedaría el municipio con tan poco terreno comunal que “podrían no autorizarnos a tener coto. Ahora el coto necesita de una autorización excepcional para cazar porque estamos por debajo del mínimo tamaño exigido. Si no hay caza, ¿quién controla las especies para que no dañen los cultivos?”, se preguntó Álvarez.

En su intervención ante sus vecinos y vecinas fue contundente, “pedimos que no autoricen nada porque no cabe ni una línea eléctrica más”. El primer edil reconoció que alguno de los proyectos tuvieron hace dos años el visto bueno del Consistorio e incluso se reunieron con ellos, “no habíamos analizado los impactos. No nos duele decir que estábamos profundamente equivocados. Nos alegramos de rectificar y poner por delante los intereses del pueblo por encima del de las empresas privadas”.

Según explicó en la charla, el objetivo de un Ayuntamiento no ha de ser “obtener grandes cantidades de dinero del ICIO, con mensajes grandilocuentes y cortoplacistas. En 28 años, cuando se acaba el plazo de uso de los parques te quedas con un comunal hipotecado y sin sitio para ganaderos, agricultores y para los vecinos”.

Una de las opciones que se barajan es tratar de que se compacten algunas líneas en un solo tendido o soterrar los ya existentes. En este sentido, desde la Fundación Sustrai Erakuntza, Martín Zelaia, quiso ser realista “es muy difícil que lo que existe se soterre porque es un alto coste para las empresas y de cara a lo que venga conviene no hacerse muchas ilusiones”. En este sentido indicó que el soterramiento “es cierto que quita el impacto visual pero la afección del efecto electromagnético es el mismo”.