Corría el año 75, un momento de inquietud política tras la muerte de Franco pero marcado también por un florecimiento social. En Barasoian, municipio valdorbés, se reunía a cenar un grupo de vecinos y vecinas de una generación que había apostado por quedarse a vivir en su pueblo, algo poco habitual hasta la fecha. Durante aquellas reuniones en un txoko familiar, el grupo sentía la necesidad de crear un punto de encuentro para la gente de la zona. 

Aquella idea no cuajó de primeras, ya que la situación político-social de aquella época generó dudas en cuanto a la iniciativa. Aún así, aquel grupo lo tenía claro, iban a crear la Sociedad Valdorba, espacio cultural, deportivo y recreativo que celebra esta semana su 44 aniversario. 

“Queríamos un sitio donde juntarnos y reunirnos para realizar actividades. Empezamos a organizar las fiestas del pueblo ya que entonces no se hacía apenas nada. Pero teníamos un run run en la cabeza, así que empezamos a buscar sitios”, explica Javier Arrieta, uno de los fundadores y primer presidente de la sociedad, quien recuerda junto a Maite García, también fundadora, Txema Jiménez, socio activo, y Juanjo Liberal, actual presidente, los primeros años de la entidad. 

“Era un momento político delicado, de revolución social. Como en todas partes había una división, los más conservadores y los más rompedores. Este grupo venía del ámbito sindicalista y de estudiar, así que quería un espacio común en el pueblo”, asegura Txema.

Maite recuerda que la plaza principal de Barasoain en aquellos años poco tenía que ver con la de ahora. “Las casas de la plaza del pueblo estaban en su mayoría abandonas: eran casas muy grandes en las que no vivía nadie. Por eso nos fijamos en este edificio, aunque teníamos varias opciones, pero más alejadas del centro”, explica.

Con la ubicación elegida, aquel grupo, en su mayoría estudiantes sin ingresos, comenzó junto con otras personas del pueblo, una estrategia para poder comprar el edificio. “Negociamos con el dueño, que era uno de los grandes terratenientes del pueblo que vivía en Madrid. Le pedimos la casa familiar sabiendo que no nos la iban a vender. Nos ofrecieron algún solar gratis, pero nosotros entendíamos que había que recuperar la plaza y darle vida”, relata Javier. 

Después de muchos tiras y aflojas, en el año 78, el grupo consiguió que les vendieran la casa ubicada en la Plaza de los Fueros. El grupo reunió a así a socios que, prácticamente, se hipotecaron para poder pagar 5.000 pesetas cada uno y adquirir así el local. “La gente nos trataba de lunáticos o idealistas”, rememoran. 

Auzolan

Así fue como aquel espacio fue tomando forma gracias al trabajó en común que fue realizado por los 27 socios y socias iniciales. “Un hecho importante fue que después de la compra, toda la obra de habilitación y restauración se hizo en auzolan con los socios. El concepto que nosotros queríamos era de una sala grande. Eso significaba que había que poner una barra y alimentarla. Nos organizamos todos los socios en turnos”, explica Maite.. 

Los miembros de aquel momento fueron levantando el establecimiento aportando cada uno los conocimientos que poseía. “Si uno era electricista, se encargaba de eso. A otro le gustaba la albañilería, y así fuimos restaurándola”, cuentan. 

Al ver que la cosa iba en serio, se fueron apuntando más socios y al grupo fundador se le ocurrió realizar lo que hoy sería un crowdfunding. “En vez de pedir más préstamo a la caja, conseguimos que los socios aportaran voluntariamente unas participaciones de 5.000 pesetas. Se lo dábamos al 5% mientras en la caja se lo daban al 2%”, relata Javier, que añade que tuvieron que parar de hacerlo porque “la gente estaba muy emocionada y todos querían hacerlo”.

A pesar de los obstáculos que tuvieron que superar para su creación, en 1979, la Sociedad Valdorba celebraba su primera inauguración con un local abarrotado de gente. “Empezó a sumarse gente de fuera, que les llamábamos ‘socios D’ y eran toda la familia con una cuota anual. Hoy todavía tenemos 97 socios de esa categoría, que pueden venir una vez al año o todas las semanas”, explica el primer presidente. 

A lo largo de estos 44 años, el establecimiento ha sido lugar de encuentro de toda Barasóain, hasta llegar a los 500 socios que posee hoy la Sociedad, casi la totalidad de Barásoain. En esta antigua vivienda de la Plaza de los Fueros, se reúnen cada día decenas de vecinos y vecinas y centenares los fines de semana, para realizar todo tipo de actividades. Desde hace 5 años, la sociedad comenzó a organizar acciones periódicamente, entre ellas, exposiciones de arte y cultura que renueva cada mes. “Se le ha ido dando la vuelta a esto con una derivada cultural muy importante. Un Ayuntamiento tan pequeño como este no tiene una gran capacidad cultural, así que nosotros suplimos ese ámbito y colaboramos con el pueblo”, apuntan. 

Además de su amplia actividad cultural y recreativa, la Sociedad apuesta por la presencia en redes, donde los socios y socias publican desde las citas programadas hasta curiosidades sobre el pueblo. “Se nos ocurrió organizar un trivial con preguntas locales y fue todo un éxito. Se forman grupos por cuadrillas y se genera un ambiente precioso”, señalan. 

La Sociedad Valdorba ha vivido durante toda la semana diferentes actividades con motivo de su aniversario, un programa completo que lleva organizando desde sus inicios y que reúne a toda la ciudadanía de Barásoain.