Los trabajos de excavación en el entorno de Coscolín están ya casi tocando a su fin y apenas quedan dos semanas para realizar los últimos pasos. El arqueólogo tudelano, Juanjo Bienes reconoce que lo encontrado es menor de lo que se esperaba porque a finales de la edad media se arrasó buena parte del legado urbano musulmán para dar paso a nuevas viviendas y palacios en el entorno de la catedral, lugar donde había estado también el centro de la vida de los Banu Qasi con la gran mezquita. “Estamos trabajando en la parte de arriba, la más cercana a la plaza Vieja, donde esperábamos que tuviese niveles islámicos intactos y de hecho los tenía. Han salido muros, algo de ordenación, habitaciones y algunos patios pero muy modificados y arrasados después de la conquista cristiana. Alguna zona de losas en el suelo cuando las hemos quitado aparecía alguna cerámica cristiana”.

Juanjo Bienes incide en la importancia del trabajo realizado y en que si que han aparecido algunos restos islámicos y pero “no de la categoría y la importancia que esperábamos. La zona la tuvo. La función de la excavación era recuperara algo que se iba a destruir por las obras de urbanización del entorno. Lograr datos de algo que se iba a destruir. Desde ese punto datos de la época islámica si que tenemos, pero no sale de la entidad que pensábamos que tendría al estar al lado de la mezquita. Está todo muy machacado”. De hecho según señala mientras que en las excavaciones de Valtierra aparecen alturas de habitaciones de hasta un metro, “es un tesoro”, en el caso de Tudela las alturas no superan los 30 o 40 centímetros, “Tudela está muy arrasada”.

Tras los primeros trabajos en la zona más baja de Coscolín, cercana a la calle San Antón, aparecieron varias bodegas que, tras documentar y mostrar en visitas guiadas, fueron tapadas por la obra y los trabajos arqueológicos pasaron a la parte más alta. “Queda una zona de rebajar de unos 90 metros cuadrados. Está excavada y en los pozos hemos bajado a una cota muy profunda pero hay que seguir excavando uno o dos pozos. Tenemos que fijarnos en si alguna piedra de los muros tienen inscripciones o moldura”, en total Bienes calculó que quedarán como dos semanas de trabajo.

Tras su finalización se creará un espacio cerca de la calle de San Antón (no en la plaza como se dijo en la presentación) donde poder ver de forma permanente y protegida “elementos arquitectónicos, una escalera que se desmonto piedra a piedra, un suelo de piedras que se encontró, algunas de las tinajas enterradas en el suelo, fragmentos de columnas, piedras con canales y cerámicas”.