Cristian Alonso, de 21 años, ha vuelto loco a la patrulla romana que durante unos 20 minutos le ha persiguido por Cabanillas. La localidad ribera ha celebrado un año más la Captura de Judas, una ceremonia que simboliza la captura del que delató a Jesucristo. Ha sido el segundo año que Alonso hace de Judas y ha comenzado saltando desde el balcón del Ayuntamiento, tras dejarse caer por una cuerda. En ese momento ha iniciado una persecución en la que los guardias romanos se han puesto cabezudos en la cabeza, han bailado con el perseguido y corrido detrás de él mientras huía en patinete o salta desde un balcón.

La guardia y Judas bailan delante del público en un balcón. Fermín Pérez Nievas

La lluvia que ha caído momentos antes de que se iniciara el acto ha hecho temer a la organización que tuvieran que suspender el evento, algo que no se recuerda que haya sucedido nunca. El púbico que ha abarrotado la plaza ha acompañado a las romanas en su desfile hacia el Ayuntamiento y a las cornetas y tambores de Murchante que siempre abren la marcha. Tras su llegada se han dedicado a lanzar caramelos y balones a los más pequeños.

Una vez terminada la persecución han realizado, como es habitual cada año, la lectura de los versos en los que relatan las proezas y meteduras de para de los diferentes quintos, las romanos y las romanas. Además de Cristian Alonso, los protagonistas han sido Jesús Rodríguez Sierra, como capitán, David Rosano Sola, de 9 años como paje, y Lara Cano Antón, de 8 años que ha hecho de Ángel.

Judas perseguido por un guardia disfrazado con un cabezudo Fermín Pérez Nievas

La persecución de Judas es un acto organizado por El Santo Sepulcro, uno de los tres pasos de Cabanillas. Su origen se remonta a 1891, fecha en la que se creó dicha cofradía. Esta persecución es el acto de mayor tradición del pueblo sin embargo, en 1963 dejó de organizarse durante 15 años por la oposición de algunos religiosos. En 1977 volvió a realizarse gracias a la iniciativa de los jóvenes del pueblo. Desde su reanudación, la persecución de Judas se ha mantenido fiel a la tradición y sólo ha sufrido pequeños cambios.