Que la Extreme Bardenas es una prueba no competitiva lo demuestra el hecho de que igual de dura fue para Haimar Zubeldía (que llegó el primero en la XL con 5 horas y 17 segundos) o para Joanes Garriz (vencedor de la corta con 3 horas 13 minutos y 5 segundos) que para Pedro Campos y Jaume Roca (últimos en atravesar la línea de meta en Arguedas en las mismas categorías respectivamente). La diferencia entre el primero y el último en la prueba larga se prolongó hasta casi dos horas lo que demuestra la dureza del empeño al que se enfrentaban.

Haimar Zubeldia dio el sello de calidad a esta primera aventura para convertir la Extreme en dos distancias en una misma carrera y junto a él Patxi Cía, que llegó en el quinto puesto a 19 minutos del primero que ganó casi en foto finish con Anders Fjordbach, segundo. Parecía mentira que después de 145 kilómetros, avituallamientos, barrancos, cuestas y bajadas llegaran con el mismo tiempo. El calor no fue este año el enemigo, pero sí la ausencia de aire que hizo que las temperaturas, pese a no ser altas hasta última hora de la mañana (en que llegaron a 33 grados) fueran determinantes en la dureza de la 25 Extreme Bardenas que quedará en la retina de muchos como la más dura que han disputado.

Un corredor cerca de la cima de El Yugo. Emilio Floristán

Especialmente en los que la hicieron la XL, la más larga disputada hasta ahora, con un recorrido de 145 kilómetros frente a los 94 kilómetros de la corta que tuvo también su dureza. El atractivo de la larga se centraba en que llegaba hasta la Bardena Negra, un territorio al que apenas se había llegado en un par de ediciones anteriores pero a este plus se le unía el mismo recorrido que el de la corta.

Las fuertes y recientes lluvias del viernes por la noche hizo el terreno mucho más adaptable, hasta el extremo de que, como dijo Jesús Rapún, el presidente del CC Arguedano organizador de la cita, “gracias a que el tiempo nos ha acompañado porque si hubiera hecho calor hubiese sido un desastre. Ha sido muy dura”. El polvo desapareción del terreno pero una de las dificultades que tiene la Bardena es cómo engañan las distancias y las cuestas y eso perjudica a muchos de los participantes menos experimentados. De hecho solo 989 llegaron a la línea de meta.

Con las primeras luces de la mañana, a las 8.30 salió el pelotón del Polideportivo de Arguedas con gran emoción y quizás más expectativas de la organización que en ninguna edición anterior. La división en dos pruebas era una experiencia a probar para decidir si la ponen en marcha como fija a partir de ahora. En las inscripciones si se notó ya que animó a mucho y su número llegó hasta los 1.087 cuando en ediciones anteriores había descendido notablemente.

Antes de dar el pistoletazo de salida, el CC Arguedano rindió homenaje a ciclistas cuya presencia ha sido muy habitual en esta cita o que han colaborado en su organización de una u otra manera. Así se reconoció la labor de Juan Peralta (que fue campeón de España en pista), de Alberto Cebollada y Tito Espada, además de Patxi Cía que el domingo pasado había participado y ganado una prueba en Galicia.

la última cuesta Según explicó Manuel Domínguez, uno de los arguedanos que más ha participado en la Extreme, como organizador o como ciclista, no dudó en señalar que la XL había sido “dura, muy dura. En Bardenas no puedes descansar nunca, es todo rodar no dejas de pedalear. La Bardena engaña mucho y no hay descensos en que puedas relajarte”, pese a ello se mostraba muy contento con su tiempo, 6 horas y 47 minutos porque “además no me he podido preparar mucho”. Domínguez, que ha corrido con calor abrasador, cierzo y con frío explicó que “el terreno estaba perfecto” y fijó la mayor dificultad para él en “la última subida hacia el kilómetro 130 cerca de Valtierra. Estábamos ya a 33 grados y ha me ha parecido lo más duro”. Frente a ello sin duda la mejor experiencia fue la llegada a la Virgen del Yugo “este año ha habido un ambiente excepcional. La organización además ha puesto música y la gente se ha volcado ha sido increíble”.

Tres ciclistas del CC Arguedano en l cuesta del Yugo Emilio Foristán

La prueba se corrió sin coche delantero desde el inicio, algo que no había sucedido nunca y la experiencia parece haber resultado buena “se esa forma no hay tapones en los avituallamientos y hay también menos peligro de caídas. Yo lo veo positivo”.

La XL tenía la característica de que casi por primera vez unía los tres territorios de Bardenas, La Negra, la Blanca y el Plano. En esta prueba de 145 kilómetros tras pasar la cuesta de La Madera se marchaba hacia La Negra y se entraba en Aragón. Allí había uno de los ascensos más importantes, aparte del Yugo, era el del Modrollar, en la Negra. La parte de Aragón es muy distinta y ofrece contrastes de colores, de paisajes y de vegetación… Tras pasar por el Yugo la primera vez los participantes de la XL se dirigían hacia Valtierra por entre los montes que ardieron hace dos años, para posteriormente volver a bajar por el Yugo en un descenso peligroso y trepidante, “yo he ido aconsejando a uno de Cornellá que no sabía muy bien las zonas menos peligrosas. Ese último tramo es también duro por la tensión”, explicó Domínguez.

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