Jesús Mari Txasko es uno de los fotógrafos “de toda la vida” de Estella-Lizarra. Un espíritu libre que durante años ha estado saliendo hacia “el pirineo” para encontrar allí el brillo en los ojos de sus vecinos y vecinas con el que Txasko ha iluminado la historia de sus vidas y la de sus valles. El resultado ha sido el de su libro Retratos y tradiciones, Erretratuak eta tradizioak que ha publicado las editorial Lamiñarra.
Durante años Jesus Mari y su cámara han perseguido desentrañar los secretos de sus costumbres ancestrales y les han acompañado para tomar nota gráfica de aquellas tradiciones que con esmero han tratado de rescatar de la capa cegadora del olvido que los tiempos modernos acostumbran a echar sobre el pasado en casi todas las zonas rurales de Euskalherria. “Me llamó la atención el esfuerzo de estos pueblos por hacer perdurar su cultura a través de sus fiestas y celebraciones que son la esencia del pueblo vasco, para que no se pierda ni un ápice de su historia y de su modo de vida desde el umbral de los tiempos”.
“Mi técnica es la de mezclar la fotografía y la gente. Me gusta hacer retratos e integrarlos de alguna manera en el paisaje de sus vidas”, asegurá Txasko mientras recita de memoria los lugares que ha recorrido por el Prepirineo navarro desde el Tributo de las tres vacas hasta que se celebra hoy en la piedra en el collado de Ernaz hasta Urdax y su Día del Hierro.
El libro arranca precisamente en la piedra de San Martín donde cada 13 de julio se celebra la continuación del “tratado más antiguo de Europa” por el que los ganaderos de Baretous entregan tres vacas a los roncaleses recitando la famosa frase del “Pax avant” (paz en adelante).
La obra avanza por el Roncal detrás de la recuperación del baile del Ttun-ttun en Garde que estuvo a punto de desaparecer.
El Día de la almadía de Burgui es otra de las fiestas preferidas del objetivo fotográfico de Txasko y que ha visitado varias veces. El transporte de la madera por las corrientes y saltos del río Esca hacia el Aragón es uno de los momentos fotográficos más interesantes del verano en Navarra y un momento inmejorable para retratar a los vecinos y vecinas de Burgui.
Ya en el valle de Salazar el recorrido fotográfico de Txasko nos acerca hacia Ochagavía y la fiesta del Oripean en la que se recrea los hábitos de vida del pueblo de hace un siglo. Un recorrido por los rincones y las espacios donde se aprecia la vida rural y la fuerza de la expresión de sus habitantes.
También recoge la Urruxkide eguna, una fiesta que reúne a los 14 pueblos de Salazar y a sus habitantes tocados con sus trajes bailando el Azuri-Beltza. Y de aquí al día del valle de Aezkoa cuyos nueve municipios se alternan para recibir en sus calles la fiesta cada año.
Las romerías a la colegiata de Roncesvalles-Orreaga es otro de los capítulos del libro de Txasko que recoge los romeros con cruz de Aezkoa, Arce u Oroz-Betelu. Y también la recreación el 15 de agosto de la Batalla de Orreaga de 778 en la que los ejércitos de Carlomagno recibieron un duro castigo por parte de los vascones en la cumbre de Altobizkar.
Retratos y tradiciones, con textos en euskera y castellano, da un salto hasta el otro lado de Navarra y se presenta primero en Lesaca y sus carnavales con el Zukuzaharra como protagonista. De aquí llega a Elizondo donde los quince pueblos celebran el Baztandarren Biltzarra y donde Txasko capta la expresión de quienes desfilan y el entorno telúrico del concurso de carrozas. También en el Baztán el libro recoge el carnaval de Arizkun y su emblématico Hartza y donde se baila la danza de la manzana o Sagar dantza.
A pesar de su insaciable perfeccionismo sobre la gama de grises de las fotografías en blanco y negro,Txasko muestra su satisfacción por el resultado del libro. “Yo creo que va a gustar a los vecinos y vecinas de estas tierras pero lo que más orgullo me produce es contribuir a destacar las tradiciones de esta parte de Navarra que me tiene enamorado”.