Javier Ollo Martínez (Altsasu, 1991), encara sus décimas fiestas al frente del Ayuntamiento de Altsasu, ocho si se tiene en cuenta que dos no se celebraron por la pandemia. Lo cierto es que este abogado ha hecho historia en esta localidad de Sakana con tres legislaturas, dos con mayoría absoluta.
En 2015, con cinco concejales, gobernó con el apoyo del PSN. La pasada legislatura Geroa Bai obtuvo 10 concejales de 13 y hace un año fueron 9, con EH Bildu en la oposición en ambos casos. Hay voces que hablan de gestión presidencialista e incluso se ha acuñado el término de Ollismo.
–Llevo escuchando la crítica de la gestión presidencialista desde el primer día de la primera legislatura allá por 2015 y es algo que pasa en muchos Ayuntamientos, sobre todo si quien gobierna lo hace con mayoría absoluta. La ley otorga a la alcaldía muchas competencias para garantizar que un Ayuntamiento pueda avanzar. Ese supuesto Ollismo no será tan malo cuando los vecinos y vecinas lo han valorado de forma muy positiva. Creo que esa crítica viene sobre todo de sectores que no entienden lo que ha pasado en las dos últimas elecciones municipales o lo entienden pero no lo terminan de aceptar.
La lectura que hago es muy sencilla, hemos pasado de un Ayuntamiento con 5-6 formaciones política a una corporación municipal con 2 grupos municipales. Eso no significa que los votantes se identifican ideológicamente con Geroa Bai o EH Bildu. Yo, y el equipo que me acompaña, hemos concitado el apoyo de personas que han votado siempre a siglas del entorno del nacionalismo vasco y el vasquismo, pero también de otras que han votado en otras elecciones municipales a partidos como el PSN, IU, UPN o el PP, y que siguen votando a esas siglas en otras citas electorales en la actualidad.
¿Desgasta la alcaldía?
–Los materiales se desgastan en cualquier ámbito de la vida. Continúo con ganas, ilusión y proyectos pero la gestión desgasta; los errores que se cometen pesan más que los aciertos a nivel social. Cuando gobiernas con mayoría absoluta y eres la cara visible del Ayuntamiento para lo bueno y para lo malo, sobre todo para lo malo, el poder desgasta. Tengo más pasado que futuro como alcalde obviamente. Estoy porque quiero estar y porque siento el apoyo de muchos vecinos y vecinas y me motiva y me sigue ilusionando la gestión del día a día, pero el paso de los años va poco a poco desgastando. A futuro, hay que trabajar un relevo.
¿Se presentará a una cuarta legislatura?
–Ahora mismo no está sobre la mesa. Ni se plantea ni se valora.
En un ayuntamiento bicolor, el arco municipal se completa con EH Bildu, ¿Cómo son las relaciones?
–Muy buenas. Tenemos buenas relaciones personales que se trasladan a los órganos deliberativos como comisiones, juntas de gobierno o pleno, con independencia de las discrepancias y debates políticos que pueda haber. El clima es muy bueno. No obstante, debo decir que en las tres legislaturas que me ha tocado, incluso cuando estábamos cinco fuerzas, la relación personal y política era buena.
En materia de inversiones, ¿cuáles son las prioridades a corto plazo?
–Empezando por lo más inmediato, una obra muy importante es la construcción del colector de aguas pluviales de Otadia. Esperamos cerrar estos días con Adif la solución técnica porque la tubería pasa por debajo de la vía antes de acabar en el rio. Este año tiene que estar la obra adjudicada y empezada. Otra es la renovación de la tubería general entre el depósito y la entrada al caso urbano en la calle San Juan. Estamos pendientes de un acuerdo de cesión de un tramo de carreteras con el Gobierno de Navarra para sacar a licitación esta obra.
Por otro lado, el año que viene queremos pegarles un meneo fuerte a las aceras del casco urbano, tanto para la supresión de barreras arquitectónicas como para su mejora. En algunos casos, como en las calles Zelandi y Solana, se encuentran en muy mal estado. Esta inversión se llevará a cabo con remanente de tesorería.
A su vez queremos dejar esta legislatura asegurada la ejecución de la obra de renovación de la pavimentación y redes de la calle Gipuzkoa y finalizar la calle La Paz, incluyéndola en el Plan de Inversiones Locales del Gobierno de Navarra del periodo 2026-2028. Hay que tener en cuenta que tras presupuestos expansivos desde 2018, podemos encontrarnos con menor margen presupuestario en los Presupuestos Generales de Navarra del año 2025 y, por lo tanto, una afección en las subvenciones nominativas o convocatorias de subvenciones. Por otro lado, probablemente volvamos a las reglas fiscales que había antes de la pandemia. Aunque en Altsasu no tenemos ninguna deuda y nos coloca en mejor posición, el remanente solo se podrá destinar para inversiones.
Después del anuncio a bombo y platillo de un acuerdo de Sunsundegui con Volvo para fabricar sus autobuses, hace unas semanas llegaron noticias negativas.
–Volvo mantiene una apuesta decidida por Susundegui y le garantiza una carga de trabajo importantísima. Es verdad que la construcción de los dos modelos de autobús nuevos que se iban a hacer en virtud de ese acuerdo ha quedado en suspenso, por la propia petición de la empresa. Insisto. Volvo sigue apostando por Susundegui y le garantiza a la empresa el trabajo y el futuro. En estos momentos nos queda confiar en la nueva dirección y ver si son capaces, con la colaboración de las entidades financieras y el propio gobierno de Navarra, de hacer frente a problemas organizativos y económicos. Insisto. Lo relevante es que el acuerdo comercial con Volvo sigue adelante y es la garantía de futuro para Sunsundegui.
A diferencia de otras localidades de la zona, en Altsasu no se ha desarrollado ningún polígono y apenas hay suelo industrial disponible.
–Queremos impulsar un marco de trabajo con el Gobierno de Navarra para el desarrollo de Kapitansoro. La idea es aprobar todos los instrumentos urbanísticos necesarios para que en cuanto haya alguna empresa interesada se pueda urbanizar. No vamos a tener un polígono sin ninguna empresa. Junto a esto, no podemos pasar la importancia de ejecutar mejoras en los polígonos ya existentes. Desde 2017 se han invertido 1.132.658 euros y este año se volverán a llevar a cabo obras de mejora de la pavimentación en el polígono Ondarria y se construirá una escollera junto al río.
¿Hay empresas interesadas en instalarse en Altsasu?
–Hay empresas que han valorado instalarse entre otros sitios, aquí.
Estos últimos años apenas se ha construido vivienda nueva, poca oferta que se ha traducido en un incremento de los precios y también en los alquileres.
–Hay interés privado en promover el desarrollo del sector Zelandi, reduciendo el ámbito que en su día se intentó desarrollar, y en Arkangoa. Aunque en el plan actual el sistema de actuación es de cooperación, es decir, impulso del Ayuntamiento a cargo de los propietarios, se puede cambiar al de compensación si los propietarios están de acuerdo. Actuaremos en consecuencia. El Ayuntamiento no va a promover el desarrollo de un sector urbanístico a costa de los propietarios y en contra de su opinión mayoritaria. Aprendamos de las experiencias nefastas del pasado.
En su primera legislatura se comenzó a tramitar un nuevo plan Municipal. ¿En qué fase se encuentra?
–Una vez aprobada la EMOT, el pasado febrero se firmó el concierto previo con el Departamento de Cohesión Territorial del Gobierno de Navarra. Con ese concierto formalizado, toca remangarse y empezar con la fase de Plan Urbanístico Municipal, es decir, el detalle del urbanismo de las próximas décadas de nuestro pueblo.
El debate en torno al Tren de Alta Velocidad se ha avivado.
–Sigue el debate sobre la conexión de la red ferroviaria de alta velocidad de Navarra con la Y vasca. Es una cuestión en la que tiene que haber acuerdo entre el Gobierno de Navarra, Gobierno Vasco y Gobierno de España, este último competente para construir la infraestructura. La posición que yo defiendo como alcalde, que es la misma que defiende Geroa Bai, es la conexión a través de Ezkio.
Para finalizar, hablemos de las fiestas. El presupuesto se ha incrementado un 7%.
–Se ha intentado mantener el presupuesto del año pasado. Este incremento responde a la programación prefiestas. El aumento relevante fue el de 2022 con respecto al programa de fiestas de 2019.
¿Qué destacaría del programa?
–La programación del Ayuntamiento se ve reforzada con la de las peñas, con las que colabora el Ayuntamiento asumiendo el coste económico del acompañamiento musical, y la programación de Jai Batzordea, que se complementan. Ha habido una muy buena interlocución y así debe ser porque todos y todas somos imprescindibles para que estos cinco días Altsasu sea una fiesta. Como alcalde intento que todos vayamos de la mano. No podemos olvidarnos tampoco de los clubes deportivos, imprescindibles también estos días.
De nuevo el tema de las vaquillas está de actualidad, con una recogida de firmas, más de 1.000.
–Es un debate que de alguna forma en el Ayuntamiento se daba por cerrado desde hace muchos años. Hay que valorar su coste económico y ponerlo en relación al sufrimiento animal. Si bien es un tema polémico allí donde quieren quitar los espectáculos taurinos, donde ya no hay, volver a ponerlo quizás debería ser objeto de un debate no solamente en el seno el Ayuntamiento, sino también a nivel más social.